Los problemas de masificación y seguridad de Sant Joan no son nuevos para Pamplona. Pese a que la celebración de San Fermín es muy diferente a las fiestas de Ciutadella ambas tienen en común la presencia masiva de visitantes, el riesgo de los actos más tradicionales y el exceso de alcohol.
Desde hace años el Ayuntamiento de Pamplona ejecuta un elaborado protocolo de actuación que implica de forma transversal a prácticamente todas las áreas de gestión municipal, desde Cultura a Gobernación. La experiencia de la capital navarra podría ser un referente para Ciutadella a la hora de abordar problemas comunes en ambas fiestas.
Por San Fermín, los 200.000 habitantes de Pamplona prácticamente se triplican con la llegada masiva de visitantes. "Esto obliga a un refuerzo impresionante de efectivos:
Policía Local, Policía Foral, Policía Nacional y Guardia Civil, que por las fiestas funcionan coordinados", explica el jefe de Comunicación del Ayuntamiento pamplonés. Pamplona también tiene una Junta de Seguridad. Mientras en Ciutadella sólo se reúne antes de las fiestas, en la capital Navarra esta comisión se convoca a diario durante las fiestas para analizar las incidencias y aportar soluciones al día. En esta reunión, no sólo participan los responsables de los Cuerpos de Seguridad, Protección Civil y Cruz Roja, también asisten los concejales y técnicos de todas las áreas que implica la fiesta.
"El principal objetivo es prevenir accidentes e incidentes", afirma. Los refuerzos policiales son importantes y hay un contingente de 200 voluntarios de Protección Civil.
Cada año, el Ayuntamiento emite un Bando específico para San Fermín que regula cuestiones como el tráfico, el funcionamiento de los bares, venta ambulante y el encierro, entre otras cuestiones, y que también recoge las ordenanzas municipales relacionadas con la fiesta.
Durante San Fermín está permitido el consumo de alcohol en la calle, sin embargo se refuerza la limpieza de las calles, uno de los principales problemas que tiene la ciudad por las fiestas, y se pide una actitud de respeto. Desde el Ayuntamiento explican que la masificación ha incidido en el modo en que tradicionalmente se celebraba la fiesta y ha traído problemas que padecen los residentes. Es por eso que se impulsan campañas de concienciación "de acogida al visitante y para que el visitante respete el lugar y la fiesta que visita".
En este sentido, el año pasado los comercios y los hoteles del núcleo antiguo colocaron unos felpudos con el mensaje "Binvenido a Pamplona, bienvenido a tu casa, cuídala, disfrútala, respétala". El mismo lema se extendió con el reparto de folletos, editados en varios idiomas, con mensajes sobre civismo, consejos para correr el encierro y un plano de la ciudad con toda la información necesaria para vivir la fiesta. También existe una campaña de igualdad para evitar abusos a las mujeres durante la fiesta.
Además, en los puntos de entrada a la ciudad se ubica cartelería con información sobre las zonas para aparcar y sobre el desarrollo de las fiestas. Asimismo, se refuerzan los equipos médicos y los centros de salud y el hospital se mantienen abiertos las 24 horas del día.
Con la llegada masiva de gente, una de las prioridades es habilitar suficientes aseos y sanitarios públicos en puntos céntricos del casco antiguo.
A los bares se les obliga a tener los aseos abiertos al público, disponer de la lista de precios visible y a cumplir con un horario de apertura y cierre.
También se controla el volumen de la música. Además existen diversas webs dedicadas a San Fermín con amplia información para el visitante. En paralelo a la fiesta, se organizan conciertos y actividades culturales.