Macarella y Son Saura estrenaban la primera semana sin algas, o como mínimo, sin tantas como antes de que el Consell decidiera retirar la posidonia de las calas vírgenes.
Polémicas a parte, ayer dos de las calas más visitadas de Menorca ofrecían un aspecto diferente al de días anteriores. No obstante, la intención del Ejecutivo insular de retirar toda la posidonia, amontonarla para que se seque en una zona que no cause molestias, y volverla a colocar pasada la temporada turística, aún no ha podido cumplirse del todo, puesto que aún queda en el interior del mar.
Esta situación se produce especialmente en Son Saura. Ayer, muchos bañistas optaban por desplazarse hasta la playa de Es Talaier, libre de posidonia, antes que quedarse en Son Saura. Esta cala es de difícil acceso para las máquinas, y la limpieza tiene que realizarse de manera manual, lo que provoca que esta tarea sea más lenta.
De todos modos, según varios de los bañistas habituales, se nota la diferencia entre la semana pasada y la actual. Algunos aplauden la decisión del Consell y agradecen la comodidad que les reporta una playa sin posidonia.
Otros aseguran que la presencia de las popularmente llamadas algas no les molestaba, y que entendían su función conservadora de la arena.