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Los moradores de la ‘maqbara' de Cornia

La arqueóloga Elena Sintes ha analizado los 50 esqueletos encontrados en el cementerio islámico que data del siglo XIII

Cementerio. Las tumbas fueron encontradas durante la construcción de un vial de POIMA IV Fase - P.A.C.

| Maó |

El análisis antropológico del medio centenar de menorquines que en el siglo XIII, durante la última época de la dominación islámica de la Isla, fueron inhumados en la 'maqbara' o necrópolis de Cornia Nou, en Maó, constata que gozaron de un buen estado de salud, no tuvieron carencias nutricionales y, además, no padecieron lesiones óseas por la sobrecarga de trabajo, según ha asegurado la arqueóloga Elena Sintes, de la empresa Patrimoni Arqueològic i Cultural (PAC).

Las obras de urbanización de POIMA IV Fase hicieron aflorar a finales de mayo de 2005 una 'maqbara' o cementerio islámico de época medieval, que fue utilizado por una comunidad rural de la Manurqa oriental desde 1220 hasta 1287, en que la Isla fue conquistada por las tropas del rey de la Corona de Aragón Alfonso III.

La importancia del hallazgo de la 'maqbara' de Cornia Nou radicó en que se trataba del primer cementerio islámico rural documentado en Balears, aunque el año siguiente se localizó otra 'maqbara' en Eivissa.

Las excavaciones de urgencia realizadas por la empresa PAC permitieron sacar a la luz 50 tumbas, de las cuales 21 fueron excavadas en la roca, 8 en la tierra y las 16 restantes en suelo formado por roca y tierra, que cobijaban los restos de 50 individuos. Más de la mitad de los esqueletos recuperados conservan más del 75 por ciento de los huesos, mientras que en 8 casos solo se ha conservado una pequeña parte. La inhumación de los fallecidos en tumbas excavadas en la roca, que favorecía una mejor conservación de los restos humanos, o en la tierra no obedeció a ningún criterio de distinción social, sino que se debió al carácter fortuito en la elección de la zona para excavar la fosa.

Los habitantes de Cornia Nou utilizaron un patrón estandarizado en la práctica funeraria. Los fallecidos fueron envueltos con un sudario, con los codos semiflexionados y las manos superpuestas entre si sobre el pecho o la pelvis, mientras que las piernas estaban completamente estiradas y con los pies juntos. Los cuerpos, inhumados en fosas poco profundas y cubiertos con tierra, fueron depositados en posición lateral sobre el costado derecho, con la cabeza orientada al sur y los pies al norte, por lo que el rostro del difunto estaba orientado hacia el este, es decir, hacia la ciudad sagrada de La Meca.

El 20 por ciento de los esqueletos analizados se corresponde con individuos subadultos, con una presencia de individuos infantiles, sobre todo perinatales. No obstante, los grupos más representados son los adultos y maduros, por lo que la mitad de los individuos fallecieron entre los 20 y 45 años. No se han encontrado restos de individuos entre 7 y 15 años, lo que indicaría una mortalidad muy baja o un espacio del recinto reservado para ellos que no se ha excavado. A uno de los individuos, mayor de 50 años, se le amputó la mano derecha, dato que revela el callo óseo surgido por la unión de los huesos cúbito y radio. La estatura media de los hombres enterrados es de 1,66 metros, mientras que la de las mujeres es de 1,54 metros, una diferencia que podría responder a desigualdades en el acceso a determinados alimentos o a diferencias en el cuidado y el esfuerzo físico de las criaturas en función del sexo.

Los individuos de Cornia presentan una dentición muy sana, con una escasa presencia de caries, lo que demuestra una práctica regular de higiene bucal. Además, este dato constata que los cereales no tenían un papel fundamental en la dieta alimentaria, compuesta por hortalizas y carne, entre otros producto.

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