El GOB ha presentado alegaciones al proyecto de la nueva depuradora de Ferreries que está tramitando en estos momentos la Comisión de Medio Ambiente del Govern. Las peticiones que ha formulado la organización ecologista pretenden que se instalen arquetas para poder comprobar, sin previo aviso, que las agua residuales que vierten las industrias cumplen la ordenanza sobre alcantarillado y que se separen las aguas pluviales del resto, ya que actualmente una parte de estas se evacuan con el resto, lo que las lleva directamente al barranco sin haberlas depurado en absoluto.
Mediante un comunicado, el GOB señala que, con el actual diseño, la nueva depuradora de Ferreries continuará recibiendo aguas industriales sin control, por lo que el torrente y la playa de Trebalúger seguirán siendo víctimas de serias contaminaciones, a pesar de la inversión pública prevista.
La nueva depuradora, dice el GOB, pese a costar 4 millones de euros, es una instalación preparada para depurar materia orgánica, no residuos industriales, cuando en Ferreries están ubicadas varias empresas que utilizan productos altamente tóxicos.
Explica el GOB que el torrente de Trebalúger sufre ya desde hace muchos años el vertido procedente de la actual depuradora de Ferreries. En un principio, había empresas del polígono que no estaban conectadas a la red de saneamiento, lo que conllevó vertidos industriales directos al torrente que la entidad ecologista denunció de forma reiterada.
El GOB comenta que cuando el Ayuntamiento de Ferreries acometió la conexión de estas empresas al alcantarillado no atendió su petición de habilitar arquetas de control, con el fin de poder localizar con rapidez el origen de los posibles focos de contaminación.
Sin arquetas ni separación de pluviales, el GOB considera que la nueva depuradora no resolverá los principales problemas de contaminación registrados.