"No miento si digo que ni este momento ni este lugar constituyen un acto soñado para mis primeras semanas como alcaldesa". Águeda Reynés no ocultó en su parlamento su disconformidad con la dimensión y la ubicación de la cárcel, así como el proceso que ha seguido. Reynés sorprendió al afirmar que "lamento un proceso en la toma de decisiones políticas que nos deja cierta sensación de opacidad". Argumentó que se pasó de un centro de inserción social, sobre el que había acuerdo, a un centro penitenciario como el actual, "ni el Ministerio de Interior ni la autoridad municipal explicaron las razones de ese cambio cuya consecuencia ha generado una sobredimensión". Sobre el emplazamiento, Reynés no fue menos dura: "sí concita acuerdo social, pero acuerdo desfavorable". Al final alabó la función social de este tipo de edificios y puso el Ayuntamiento a la disposición de su buen funcionamiento.
La respuesta a Reynés llegó en boca de Ramón Socías, delegado del Gobierno en Balears, en declaraciones realizadas a Europa Press. "Por desgracia, el acto ha quedado deslucido por la intervención de Reynés, que ha huido del protocolo con una intervención que no tenía nada de institucional y ha aprovechado para seguir con una campaña que se ha llevado a cabo en los últimos años por parte del PP contra este centro penitenciario".
La polémica no acabó aquí. Santiago Tadeo siguió el acto desde el público y no desde la tarima de las autoridades, algo que algunas fuentes atribuyen a la excesiva rigidez del protocolo de Instituciones Penitenciarias.