Quien el pasado domingo paseara por las cercanías de la Platja Gran de Ciutadella vio como el paisaje aparecía decorado con decenas de mástiles de yates que fondeaban en la entrada de la cala. Contados de manera aproximada, eran más de treinta las embarcaciones que escogían la playa urbana como punto de fondeo. Al mismo tiempo, unos metros más al norte, el puerto de Ciutadella veía como los amarres destinados a las embarcaciones de tránsito estaban todos repletos. Una situación que ha levantado las voces de aquellos que solicitan que los pantalanes que Ports de les Illes Balears construirá en el puerto interior a partir de septiembre cedan más espacio para los amarres de tránsito de los que en su día anunciaron los anteriores responsables de Ports de les Illes Balears.
En algunos encuentros sectoriales, esta opinión ya ha sido expuesta. El argumento es el mismo que en su día también utilizó el Partido Popular de Ciutadella cuando presentó sus alegaciones al proyecto de reordenación diseñado por la conselleria del socialista Jaume Carbonero. El PP, y ahora voces de diferentes sectores empresariales y económicos, consideran imprescindible dotar el puerto de más amarres para aquellos barcos que recalan en Ciutadella de forma temporal. "Tenemos que conseguir que la gente no crea que el puerto de Ciutadella es un lugar en el que resulta imposible hallar un amarre", asegura una de los defensores de esta iniciativa.
Consideran que el potencial del turista náutico es muy elevado, y que hay que aprovechar su capacidad de gasto. Para ello, habilitar puntos que faciliten la llegada de estos turistas hasta los comercios de la ciudad es clave. Además, en su día los populares solicitaron también que se permitiera la entrada de buques de mayor eslora, puesto que el proyecto de reordenación no contempla espacio para embarcaciones de más de 12 metros de eslora.
En el otro bando de este debate, están los que consideran que los nuevos pantalanes del puerto interior deben servir para atender la elevada lista de espera de personas que quieren un amarre para su embarcación de manera permanente. Son los llamados amarres de base. En su día, este periódico informó de que algunas personas llevan hasta veinte años esperando para poder tener su barca en el puerto. También esta posición fue defendida políticamente en el Ayuntamiento de Ciutadella por UPCM, quien reclamó una mayor consideración hacia los ciutadellencs que ven con esperanza la reordenación del puerto como respuesta a sus pretensiones.
Combinar el evidente potencial económico del turismo náutico con las legítimas demandas de los ciutadellencs de poder disponer de un amarre fijo en el puerto de su ciudad se antoja una tarea difícil. Los planes de Ports hasta el cambio de gobierno eran destinar un 80 por ciento de los nuevos amarres (un total de 106) a las embarcaciones de base, y el resto a los tránsitos. Un porcentaje que no compartía el PP, que entonces estaba en la oposición, y que ahora será el partido responsable de acometer la reordenación. La primera decisión de los conservadores fue posponer el inicio de las obras hasta septiembre, para no interferir en la temporada turística. Habrá que ver si se mantiene o no el criterio de distribución de los nuevos amarres entre tránsitos y base.