La lluvia caída en la noche del sábado aportó frescor a las calles que ayer se desperezaban, desde primeras horas de la mañana, para vivir la segunda jornada de las fiestas patronales de Sant Llorenç. Ni una nube se atrevió más tarde a irrumpir en el cielo de Alaior, que disfrutó de unas fiestas tranquilas, abarrotado el centro de locales y foráneos. Un torrente de gentes de todas las nacionalidades, admiración en múltiples idiomas, y una aglomeración de cámaras y móviles listos para captar las estampas de la fiesta: los caballos, los primeros 'bots' de los caixers a la salida de la misa, las 'pomadas', los grupos, las risas, los desayunos copiosos, a la puerta de las casas, a base de sobrasada, 'camot', queso de la tierra y todo bien regado con la limonada y el gin, porque el 'jaleo' de este municipio tiene fama de ser contundente, se requieren fuerzas.
Este año sin embargo la decisión de reducir el número de caballos participantes en la 'qualcada' -uno de los cambios introducidos por el nuevo gobierno local-, hizo que se agilizaran los actos y que el 'jaleo' finalizara algo más temprano, sobre las cuatro de la tarde, momento a partir del cual la samba de la Banda des Migjorn Gran disparó la locura festiva en la plaza, con la multitud bajando a hombros a los músicos. El agua que no había proporcionado la meteorología cayó desde los balcones, gracias a los vecinos que refrescaban a los que estaban en la plaza, con la ayuda de algún otro chorro de manguera desde el Casino.
Misa y 'caragol'
Alaior se desbordó con la celebración del 'jaleo' en Sa Plaça, pero desde las 9 horas el pasacalles, con la Banda de Trompetas y Tambores y los gigantes y cabezudos, avisaba de que las horas de descanso había llegado a su fin. La 'qualcada' y el 'replec' de los caixers, recorriendo las calles del pueblo, concluyó con la llegada de los jinetes a Santa Eulàlia, donde el caixer capellà, Josep Manguán, ofició la Misa de Caixers.
Menos público que en el 'jaleo', pero ferviente y seguidor del origen religioso de la fiesta, se congregó para ver cómo se trasladaba la imagen de Sant Llorenç desde el Ayuntamiento -a donde había llegado el día anterior desde Binixems-, hasta la iglesia.
La fiesta llegó a todos los rincones del pueblo, y el programa de ayer incluyó música y baile tradicional, en la plaza des Ramal, con la actuación del Grup Folklòric Tramuntana.
Entre las autoridades que disfrutaron de las fiestas, junto a la alcaldesa, Coia Sugrañes, estuvieron el presidente del Consell, Santiago Tadeo, el conseller de Administraciones Públicas del Govern balear, Simón Gornés, la consellera insular de Turismo, Salomé Cabrera, y el presidente de la Cámara de Comercio de Mallorca, Joan Gual.
Normalidad
En cuanto al desarrollo de la jornada, al cierre de esta edición no se habían producido incidentes ni caídas de jinetes o golpes que provocaran heridos durante el transcurso del 'jaleo', según informó la Policía Local.
Las calles del centro, pese a haber reunido desde el inicio del día a miles de personas y a los caballos de la 'qualcada', recobraron en las primeras horas de la tarde, acabado ya el 'jaleo', su aspecto habitual, gracias a una rápida actuación de los servicios de limpieza. Hoy lunes continuará la fiesta con la celebración de las 'corregudes', las carreras de caballos, burros y personas a pie, que tendrán lugar a las 18 horas en el Cós.