"No lo abandones, él no lo haría". Es una frase anónima escrita con el dedo sobre el polvo acumulado en la luna de uno de los tantos coches abandonados que ocupan las calles de Ciutadella. Un ciudadano indignado se ha dedicado a fotografiar las decenas de vehículos tirados, sólo son los que se encuentra a diario sin salirse de su ruta de trabajo. Está indignado no sólo por la visión de dejadez que ofrecen y porque afean la ciudad, sino también porque quitan plazas de aparcamiento en zonas dónde pueden escasear estacionamientos.
La indignación crece cuando a este ciudadano se le puede poner una multa por no estacionar correctamente, mientras los coches abandonados pueblan la ciudad a sus anchas, incluso sobre una acera o interfiriendo un paso de peatones.Todos los que ha retratado están desguazados. Claro, el abandono propicia el pillaje. Primero de lo más preciado: las ruedas, y poco a poco, de los elementos de los que se encapriche el furtivo.
Todos estos coches llevan la pegatina amarilla fluorescente de la Policía Local, signo de que están fichados. Pero su traslado a un desguace, como marca la normativa, puede eternizarse. Son meses y meses para que un coche abandonado llegue a ser retirado de la vía pública y llevado a un centro de descontaminación de vehículos.
La tramitación administrativa hace que su retirada se eternice. Primero, pueden pasar semanas hasta que la Policía Local no detecta un coche abandonado en la vía pública. Cuando lo identifican, hacen el seguimiento durante otro tiempo.
Al comprobar que sigue abandonado, los agentes le ponen la pegatina identificativa y lo controlan durante un mes. El siguiente paso es dar con el propietario. Si se localiza, se le conmina a retirarlo. Si el dueño no se encuentra o reside fuera de la Isla, el Ayuntamiento debe hacer público en el BOIB que tal coche de tal propietario está abandonado.
Si no hay respuesta, al cabo de un tiempo -vuelve a ser más de un mes- mediante decreto de Alcaldía se ordena la retirada a través de la grúa. El traslado al centro de descontaminación o desguace homologado más próximo lo paga el Ayuntamiento a través del convenio con el gruista. Tras una eternidad y cumpliendo la ley, el coche habrá sido retirado.