El espectáculo pirotécnico sobre el espejo de la lámina de agua del puerto de Maó, al que siguió la traca, puso el punto y final a las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia de 2011.
Los aledaños de la rada se llenaron de vecinos y visitantes que disfrutaron del colorido y el estruendo propios de la pólvora.