Hay personas que por la transparencia de su vida personal y profesional no generan ni dudas ni recelos, se les otorga un plus de autenticidad que se han ganado a pulso; posiblemente si analizásemos los antecedentes familiares de dichos personajes llegaríamos a la conclusión de que sus genes son portadores de este saber ser y de esta inequívoca e indiscutible personalidad; el presidente de COINGA (Cooperativa Insular Ganadera), Lorenzo Lafuente Hernández, es para mí uno de ellos, un hombre que a sus 82 años sigue "peleando" por y para una Menorca que siente y ama como algo muy suyo.
De tus vivencias de la posguerra, a tus diez años de edad, ¿qué destacarías?
Mis primeras vivencias y recuerdos son anteriores incluso al inicio de la guerra; de hecho viví aquella tensión, cada vez más creciente que finalizó con "s'esclafit" que todavía recordamos; nosotros vivíamos en esta misma calle, en Anuncivay, pero dos casas antes y en frente a nuestra vivienda vivía la familia Llabrés -primos de los Orestes Petrus-, cuyo padre era marino, creo que telegrafista, e iba embarcado en el buque de la Trasmediterránea por lo que al llegar a Mahón pasaba todo el día en su casa; recuerdo que tenía una radio muy rudimentaria que para escuchar las noticias tenías que ponerte unos auriculares y cierto día, concretamente el 13 de julio del 36, estando jugando con su hijo Antonio vimos que algo anormal había ocurrido ya que su padre se quitó los auriculares y llamó a su mujer y le dijo: "Han matado a Calvo Sotelo". Por su expresión comprendí que lo sucedido era muy inquietante y de inmediato fui a decírselo a mi padre… Puedes imaginarte cual fue la reacción de mis padres, incredulidad al principio y enorme preocupación después.
¿Tu padre estaba todavía en activo?
Como militar no, porque se había acogido a la llamada "Ley de Azaña", lo cual nos permitía que durante el verano nos trasladásemos a Addaia donde él podía dedicarse a su hobby; allí escribía sus artículos para "La Vanguardia", "Blanco y Negro" o el "Bien Público" y una vez a la semana bajaba a Mahón para recoger la correspondencia, remitir sus artículos y hacer alguna gestión pero dada la gravedad de la situación por la que atravesaba el país prefirió que regresáramos a casa para estar informado de todo cuanto sucedía.
Incluso recuerdas otros acontecimientos nada frecuentes.
Desde luego que sí, como el primer bombardeo sobre la ciudad, los saqueos a las iglesias que culminó con la quema de ornamentos, imágenes y otros objetos religiosos en la plaza de Santa María; también recuerdo la llegada de los milicianos del desembarco de Mallorca y, cómo no, la larga tragedia que vivimos en propia carne.
Pero la vida siguió, como siempre ocurre. De tu etapa estudiantil, ¿a qué profesores recuerdas?
Yo diría que a todos, al señor Pons Monjo, a doña Paz Sirerol, recién casada, a don Marcos Carreras, a don José Cardona Mercadal, al señor Gutierrez, a don Bartolomé Orfila, a don César Alias a don Adolfo Llovo Santos, catedrático de Historia … También me acuerdo del profesor de inglés, el señor Quadrado y de italiano, don Francisco Terrés.
Y del padre Petrus, ¿qué recuerdas?
Del "Pater", de don Miguel Petrus tengo un recuerdo inenarrable; se volcó con todos nosotros, con la juventud; su dedicación y entusiasmo eran contagiosos; puede que el Club Alcázar sea su obra más significativa, pero estuvo en otros muchos frentes, las regatas de traineras, las "yolas" que él impulsó, las veladas musicales, hay tanto que es imposible detallarlo todo.
Luego llegó la hora de dar "cuerpo" a tu sueño, el de ser militar.
Sí; por lo que me dediqué en cuerpo y alma a intentar ingresar a la primera en la Academia General Militar de Zaragoza y, gracias a que tuve como profesor de Matemáticas al comandante Sart, conseguí dicho objetivo; él, el comandante Sart, consiguió que disfrutase de las matemáticas al máximo, yo era más de Letras pero él hizo el "milagro", por ello siempre digo que él es el responsable, en un 80 por ciento de que yo aprobase el ingreso en la Academia a la primera, el 20 por ciento del mérito restante es mío porque me esforcé al máximo.
Junto al comandante Sart y en su Academia, ¿a qué otros profesores recuerdas?
A los señores Sanchiz Granero, Calderón y al también militar don Santiago Paredes, que era el encargado de la gimnasia, todos ellos excelentes profesores y no digamos como personas.
Me has dicho que perteneces a la sexta promoción y que al salir de teniente viniste destinado a Mahón.
En efecto, así sucedió; en "casa" estuve nueve años, concretamente en La Mola, con los reclutas, y durante este tiempo aproveché para realizar tres cursos, el primero de ellos fue el de "Automovilismo", que realicé en Palma, en el cuartel ubicado en la carretera de Valldemosa, luego otros dos, estos en Menorca, el de "Explosivos" y el de "Transmisiones"; posteriormente en el año 59 hice el de paracaidismo, en la base de Alcantarilla; y en este mismo año ascendí a capitán, ascenso que me llegó tras siete años de teniente; de capitán estuve doce años.
Te recuerdo como gerente de FICOSA, empresa que llevó a cabo varias urbanizaciones en la Isla.
Mi hermano Eusebio era subdirector general de FECSA (Fuerzas Eléctricas de Cataluña) y con un grupo de amigos constituyeron una sociedad FICOSA (Financiera y Constructora, S.A.) con la que pretendían llevar a cabo una serie de urbanizaciones en Menorca y me propuso que asumiera el rol de gerente, cargo que acepté dado que el trabajo no era mucho y podía asumirlo sin menoscabo de mi trabajo profesional; el proyecto de Es Grau no prosperó, pero si el de Cala en Blanes, siendo éste el primero que se visó de acuerdo con la Ley del Suelo; recuerdo que en Ciutadella estaban muy ilusionados con dicha urbanización porque decían que excepto "es baró", don Simón de Olivar Canet, nadie se preocupaba del sector turístico; esto ocurría cuando se empezaba a hablar de la urbanización de S'Algar.
Luego llegaría la urbanización de Cala Llonga.
Efectivamente, tuvimos la oportunidad de comprar aquella zona del puerto de Mahón y empezamos a urbanizarla, Pedro Luis Mercadal fue el autor del proyecto y todo andaba sobre ruedas pero el volumen de trabajo era muy superior al que podía hacer frente en mi jornada, una semijornada, y planteé a mi hermano la necesidad de ampliar la cobertura de FICOSA dotándola de una oficia y de personal, asumiendo yo la gerencia pero a plena dedicación.
¿Excedencia?
Dado que podía acogerme a una excedencia temporal así lo hice y permanecí durante cuatro años, del 65 al 69, en dicha situación, luego reingresé porque de no haberlo hecho hubiera quedado como supernumerario; además en el 70 debía realizar, en Madrid, el curso de comandante y aproveché este tiempo para "recargar" las pilas y ponerme al día.
A partir de ahí tú carrera castrense entra en una constante de idas y venidas muy provechosas.
Yo diría que sí; el siguiente destino, a petición propia, fue el de ayudante del general gobernador militar de Menorca, en aquel momento don Leoncio España Gutiérrez, al que sustituyó el general González Llanos.
Luego y ya de teniente coronel, estuviste destinado en León.
Sí, dos años; a León me desplacé solo. La familia, por imperativos de los estudios de la prole, quedó en Mahón; sin embargo el venir a casa, algunos puentes o fines de semana, me resultaba muy cómodo ya que en "Villa Nubia", la Base Aérea de Valladolid, había un vuelo civil diario con Barcelona y yo podía desayunar en León y cenar en casa. Estando allí el comandante Montserrat Marco me avisó de que iba a salir la vacante de ayudante del general gobernador militar de Mallorca, don Luis del Barrio, por si dicho destino me interesaba y me fui para Palma, por lo menos estaba más cerca de mi familia.
El preceptivo curso para el ascenso a coronel te llevó a la Escuela Superior del Ejército, y nuevo destino.
Sí, aprobé el curso y en el 82 ascendí a coronel siendo destinado a Valencia, al Regimiento Vizcaya 21; éste fue un destino muy agradable, en Valencia lo pasamos, digo pasamos porque nos desplazamos toda la familia, magníficamente; Bétera, sede del Regimiento, era un pueblo muy agradable, con muchos campos de naranjos y buenas comunicaciones con Valencia; fueron tres años inolvidables que finalizaron en el 83 tras haber cumplido el periodo de mando.
Y vuelta a casa.
Efectivamente puesto que en tales circunstancias puedes pedir la vacante que quieras y regresamos a casa; mi nuevo destino me llevó al Gobierno Militar como segundo del general Martínez Vara del Rey, hasta que pasé a la reserva activa y a "casa" definitivamente tal como entiendo es el retiro.
Sin embargo no quisiste cerrar de golpe tu "hoja de servicios", te sentías en condiciones de seguir siendo útil y apostaste por el campo, por la agricultura.
Me impliqué en las propiedades familiares y entré en el mundo del campo en el que me fui comprometiendo cada vez más; entré en la Junta de COINGA "hasta que asumí la presidencia sustituyendo a José María de Olivar,
Añadiré que accediste a la presidencia "presionado" por Rafael de Febrer y en un momento muy complicado.
Efectivamente, Rafael de Febrer, gran persona y extraordinario amigo, enamorado del campo como pocos, me presionó para que asumiera la presidencia, incluso se ofreció para acompañarme como vicepresidente si yo daba el paso al frente; lo dimos los dos, él y yo, y tal como dices lo hicimos en un momento extremadamente complicado.
Era un cargo, una responsabilidad con "una carga de profundidad" poco conocida.
Conocida del todo; era un reto complicadísimo hasta el extremo de que gente con experiencia en los negocios, socios de la cooperativa, me decían que la única salida era declararnos en quiebra, pero gracias al esfuerzo colectivo salimos a flote.
Siguiendo unas directrices lógicas en unas circunstancias como aquellas.
Efectivamente, el primer paso era modernizar la empresa en sus estructuras directivas y lo hicimos a base a nombrar a tres directores, uno comercial, el segundo de producción y el tercero para el área administrativa; este último cargo fue ocupado por un profesional cualificado, salido de IESE, que asumió así mismo la Dirección General, esquema directivo que seguimos manteniendo, aunque ahora la gerente o directora general es Margarita Tudurí Febrer, titulada por ESADE.
Un segundo reto fue el de la construcción de una fábrica nueva, adecuada a las necesidades actuales o del momento.
Reto importantísimo y ineludible porque no podíamos continuar en las condiciones en que trabajábamos, por decirte que el voltaje exigido para cualquier tipo de maquinaria es de 380 voltios y que en la antigua fábrica era de 220, con todos los problemas que ello implicaba, es suficiente. Pero además el entramado era poco adecuado para unas instalaciones como las nuestras, luego y una vez tomada la decisión lo prioritario fue encontrar la ubicación adecuada, porque la fábrica no podía instalarse en un Polígono Industrial, sin embargo y tras muchas idas y venidas, conseguimos un terreno de 30.000 metros cuadrados y empezamos a dar cuerpo al proyecto.
Con toda una serie de obstáculos a salvar.
Muchísimos, la Administración es lentísima lo cual llega a exasperar a más de uno, pero superamos todos los trámites en parte porque yo impuse, en ciertos momentos, la "filosofía militar", la de ir a "per feina", concretamente en lo que se refiere al estudio del impacto ambiental.
Y ahí estáis, cubriendo razonablemente los objetivos trazados.
Efectivamente, hoy por hoy y tal como está la situación, no podemos quejarnos, incluso y como adelanto puedo decirte que cerraremos el 2011 en positivo, habiendo aumentado el volumen de producción y el de ventas; lógicamente dicha apreciación depende del cierre del cuarto trimestre pero, las sensaciones van en esta dirección.
Notición que aporta una gran dosis de optimismo al sector y a los socios porque en 2010 la facturación, con respeto al año anterior, se redujo en 1,1 millón de euros, y la producción de leche en casi un millón de litros. Con todo, ¿cuál es el principal problema con el que os enfrentáis?
El del precio de la leche ya que entre la leche de Francia, que se vende a un precio "tirado" y la que entra de Portugal nos queda poco margen de maniobra; además las grandes superficies fundamentan su estrategia de venta en ofrecer los productos lácteos a precios muy reducidos lo cual nos distorsiona enormemente, sin olvidar la doble insularidad, el eterno problema de Menorca.
Coméntame, a groso modo, lo de la cuota láctea.
Con dicha cuota se intentaba controlar la producción de leche, sin embargo en algunas zonas se sobrepasaba, lo que dio origen a la llamada "leche negra", sin embargo aquí, en la Isla, sucedía a la inversa, no cubríamos la cuota asignada y La Asturiana, -la central lechera- conocedora de esta realidad y a través de un directivo que veranea en Menorca, nos ofreció instalar, al 50 por ciento, una fábrica envasadora y aceptamos dicha oferta; la planta o fábrica envasadora se instaló en nuestra factoría, dado que disponíamos de espacio suficiente para ello, y de esta manera damos salida a la lecha "sobrante" y a los "náufragos" de El Caserío; de hecho considero que la decisión tomada fue un gran acierto.
Náufragos de El Caserío. Explícate.
Kraft cambió el sistema tradicional y, en vez de queso, solo compraba cuajada; el buque tan característico del queso fundido elaborado tradicionalmente por El Caserío no fue tenido en cuenta, ocasionando un serio perjuicio a los predios menorquines cuya producción de leche debía enviarse en cubas a Barcelona … Del resto, por conocido, no cabe ni hablar.
En el exterior, es decir, fuera de la isla, el Queso Mahón-Menorca ¿está suficientemente reconocido?
No; en Mallorca contamos con un mercado ya tradicionalmente instalado y su consumo está consolidado, también en Eivissa, aunque en menor escala, el reto está en promocionarlo fuera de Menorca; en Barcelona tenemos a un comercial que trabaja en esta dirección, como también en su introducción en las cadenas alimenticias, actualmente tenemos presencia en El Corte Inglés.
Promoción, propaganda, pero topáis con la barrera de su coste.
Sí, una promoción a gran nivel, por su coste, es prohibitiva, por ello creemos que una campaña publicitaria de todo el queso de la Isla, no solo de nuestros productos, debería asumirla el Consejo Regulador, tal como viene haciéndose en Galicia o en Castilla-La Mancha, pero dicho Consejo carece de los recursos necesarios para hacerlo, en realidad vive de las aportaciones del sector.
Estamos hablando de qué cantidades.
De unos 20 millones de las antiguas pesetas en lo que a una campaña publicitaria se refiere y a una aportación, la nuestra, al Consejo Regulador de unos 10 millones, también en pesetas.
¿Cuál es la valoración de la campaña "Aquí tenim llet de Menorca"?
Positiva, en realidad hemos aumentado las ventas lo que nos satisface enormemente.
El campo, el nuestro, ¿está realmente en crisis?
Lo está, no lo dudes, y a pesar de ser un sector estratégico aunque solo sea para la postal turística; el estado de "ses parets seques" es lamentable, algunas de ellas han desaparecido tapadas por "els abatzers" y demás vegetación, por ello me asombra el que se cuestione la instalación de campos de golf, y no me refiero a la instalación de quince o veinte campos, pero tres o cuatro no romperían el equilibrio ecológico y servirían para el mantenimiento de un sector en permanente crisis.
El 20-N los españoles tenemos una cita con las urnas, elecciones que para muchos llegan con retraso. ¿Crees que serán el punto de partida para superar la crisis?
Ya sabes que la esperanza es lo último que se pierde; y mi deseo es que sea así, porque considero que España tiene grandes posibilidades para salir a flote pero carece de un proyecto sólidamente estructurado.
Sin bandazos ni "banderías".
Exacto, porque hay cosas inamovibles, permanentes, sin necesidad de tantos cambios, con compromisos estables y duraderos en la Sanidad, la Educación, la Justicia… Y también sin "banderías"; si estamos ante una unidad de mercado, apliquemos esta teoría a otros niveles, no podemos desenvolvernos en un país en que cada autonomía tenga sus propias leyes ni tampoco duplicar e incluso triplicar determinadas administraciones; y ser más consecuentes con nuestra propia identidad.
Te considero un hombre de fe. ¿Crees en un futuro terrenal mejor?
Claro que sí; hoy estamos en condiciones de afrontar el futuro con posibilidades de éxito, lo único que necesitamos es crear un clima de estabilidad que genere ilusión y contagie a todos de cara a crear un futuro mejor.
Estoy rozando la suspensión cautelar de ahí que deba cortar. ¿Qué le pides a la vida?
Salud y poder seguir agradeciendo a Dios todo cuanto me he dado, con mención especial para mi mujer y mis hijos, algo que considero es un don inalienable.
Pasado, presente y futuro se conjugan en Lorenzo Lafuente Hernández, un hombre de sólidos principios que, desde el respeto, defiende con absoluta lealtad y claridad.