Autoficha
Me llamo Antonio Barber Seguí, soy de Maó y tengo 54 años. Estoy casado con Margarita Escandell y tenemos una hija. Soy apoderado de una agencia de transportes. Apenas tengo tiempo libre pero, el que me queda, lo dedico a la Illa del Rei y a la informática, que me gusta mucho.
Empezó muy joven en el mundo de los transportes.
Sí, con 16 años ya empecé en la Agencia Vives. Hemos cambiado de nombre dos veces pero siempre me he mantenido en lo mismo, el transporte marítimo. Nos especializamos en Balears y llevamos hasta la Península, a Barcelona, todo tipo de mercancía, a la vez que distribuimos por la Isla lo que recibimos. Lo mejor es la cantidad de gente que se conoce. Cada día hay algo nuevo que hacer y resulta entretenido.
Dedica mucho tiempo a la Illa del Rei, ¿cómo se involucró en el tema?
Fue el 10 de septiembre de 2004 cuando, casi de broma, llegamos a la Illa del Rei junto a Luis Alejandre. Fui el primero que desembarqué y nos quedamos sorprendidos de lo mal que estaba todo, muy abandonado. Habían robado todo lo que se podía, desde los cables a las ventanas. Desde aquel día, no faltamos ni un domingo durante todos estos años, menos dos por mal tiempo y uno que estuve con Alejandre en Rabat, precisamente porque nos dieron un premio por el islote.
¿Cuál es su función exactamente?
Mis compañeros dicen que sirvo para todo pero, básicamente, me ocupo de coordinar las tareas que se hacen y a las personas que trabajan. Es complicado porque hay entre 30 y 50 voluntarios y son muchas cosas las que organizar o solucionar, desde desayunos a visitas o averías. Debo decir que este proyecto me ha permitido conocer a personas de todo tipo. Es muy bonito porque nunca hemos tenido ningún problema. Y, sobre todo, decir que el alma de todo esto es Alejandre. Él fue quien nos dio el empujón.
¿Qué impresión se lleva la gente que visita la isla?
La mayoría se va encantada de cómo está la isla y del trabajo que hacemos. Hay quien no se lo puede creer y lo aprecian mucho. Una de las visitas más importantes fue la del Rey Juan Carlos, que se fue maravillado. Nuestros desayunos son estupendos, de los que se suele ocupar mi mujer, por cierto. Desde cocas, a embutidos típicos pasando por su riquísima 'olivada'.
¿Qué pasará con la Illa del Rei en un futuro?
Hay que seguir adelante. Estamos a punto de poner el cable eléctrico, que debería estar en funcionamiento el 30 de enero. Seguimos con las obras y la recogida de aguas, que es un problema. Nosotros decimos que no lo veremos acabado y que tendrán que seguir nuestros hijos pero a mí me gustaría que se convirtiera en un sitio de visitas, un espacio histórico, al que dotar de servicios para que pueda autofinanciarse.