El nuevo sistema ideado por el Consell para reforzar la línea de transporte público terrestres entre Maó y Ciutadella se estrenó ayer, aunque sin evitar las quejas por parte de los usuarios de una de las frecuencias que más problemas está creando, la que parte a las 14.15 horas. Tal y como estaba previsto, en cuanto el vehículo que debía salir de la estación de autobuses de Maó estuvo lleno, se activó el dispositivo planteado esta semana, por el cual arranca un segundo autobús que pasa a hacerse cargo de los pasajeros que se han quedado sin plaza. En este caso, y siempre según la versión que ofrecen algunos de los afectados, fueron unas veinte las personas perjudicadas.
El segundo autobús llegó a la estación al cabo de un tiempo, embarcó a los usuarios y salió hacia Ciutadella. No habría mayor problema si no fuera por el hecho que el vehículo salió, dice una afectada, a las 14.50 horas. Con 35 minutos de retraso. "A mi me ha fastidiado el mediodía, no he podido casi ni comer", explica.
El retraso es lógico. Si el conductor del primer autobús tiene que avisar al refuerzo en cuanto detecta que el suyo se va a llenar, se produce una demora y esta, por leve que sea, se convierte en traumática para algunos de los pasajeros que han tenido la mala suerte de no "pillar" el primer bus. En Ciutadella también se tuvo que activar el autobús de refuerzo en la misma frecuencia horaria.
Por otro lado, usuarios del servicio de transporte público terrestre comentan que durante la mañana de ayer se retiraron unos carteles de protesta que pasajeros molestos habían colgado hace unos días en la estación de autobuses de Maó.