La jornada electoral se desarrolló ayer con absoluta normalidad. La totalidad de las 93 mesas distribuidas en 39 locales y colegios abrieron a la hora señalada y se constituyeron sin incidencias. Sólo en dos de ellas la presidencia recayó en manos de los suplentes. Un sol radiante y temperaturas suaves acompañaron a los electores.
En la Isla estaban llamadas ayer a votar 64.489 personas y especialmente durante la mañana el trasiego de votantes y familias enteras fue la imagen más repetida. A las 14 horas, había votado el 35,38 por ciento del censo, cuatro puntos y medio menos que en las elecciones generales de 2008 y uno por debajo de las municipales y autonómicas del pasado mes de mayo. Los candidatos y dirigentes políticos eligieron mayoritariamente la mañana para votar.
Había quien después de cumplir con las urnas, cesta en mano, se disponía a buscar los primeros "esclata-sangs". Quienes no pudieron disfrutar de la afición setera, fueron los miembros de las diversas mesas electorales, aunque en compensación por la labor desarrollada recibieron 62 euros.
A las 18 horas, la participación alcanzaba ya el 48,7 por ciento, cinco puntos menos que en las generales de 2008 y tres por encima de los recientes comicios de mayo. En la jornada de ayer 230 efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad vigilaron el proceso electoral y personal de Protección Civil y Cruz Roja acompañó hasta los colegios electorales a personas con problemas de movilidad.
Anécdotas
Entre las anécdotas de la jornada destaca el ejemplo y compromiso de Antoni Gomila Melià, quien a sus 102 años, acompañado de su nieta cumplió cívicamente con las urnas en Es Mercadal. También en una de las tres mesas habilitadas en el Ayuntamiento de esta localidad, una anciana presentó nerviosa una fotocopia del carné de identidad. "Venía muy preocupada, trajo incluso una fotografía de un documento antiguo, pero no hubo problema", explicó el presidente de la mesa Xavier Rus Jurado. En otra, una votante que estaba la primera en la lista del censo, comentó entre bromas que su voto debería valer por dos al estar a la cabeza de todos.
En Alaior, Joaquina García, una conocida vendedora de cupones, que presidió una de las mesas habilitadas en el Centre de Gravat Xalubinia relató orgullosa el trato de postín que un agente le ofreció antes de constituirse la mesa. "El Policía Local se me ha cuadrado y me ha dicho que estaba a mis órdenes. Esto es lo bueno que saco hoy", comentó entre risas.
También en Alaior, otra votante que hacía poco había quedado viuda, pidió al presidente de mesa que retiraran del censo a su marido ya fallecido. En esta localidad, una suplente de mesa se había desplazado ex profeso desde Barcelona, sin embargo todos los titulares se habían presentado. Posteriormente solicitó en el Ayuntamiento un justificante de asistencia. En Sant Lluís, una pareja discutió acaloradamente dentro de una de las cabinas al parecer por discrepancias en la elección de los candidatos. Finalmente votaron.
Es Castell, un elector depositó sus dos papeletas en una mesa equivocada y fue necesario anular el voto en la que realmente le correspondía.
En Ciutadella, la directora insular de Cooperación, Deportes y Vivienda, y presidenta del PP de la ciudad de Ponent, Assumpta Vinent, presidió una mesa electoral en el colegio que votó el alcalde de la localidad, José María de Sintas.
En Maó, antes del cierre de los colegios electorales, la Policía Local cortó al tráfico la calle Sant Jordi, donde está ubicada la sede del Partido Popular. Veían clara su victoria.