Responsables del Ayuntamiento de Maó, Endesa, Autoridad Portuaria de Balears (APB) y Trapsa se reunirán el próximo lunes para desbloquear la instalación del ascensor del puerto de Maó, una vez finalizados los trabajos de consolidación del cantil. Sobre la mesa está previsto abordar la reubicación del transformador emplazado actualmente en la parcela donde se instalará el elevador y que suministra energía a los pantalanes de Trapsa. Su presencia en este lugar dificulta el inicio de las obras. El acuerdo alcanzado en su día con la marina y APB contemplaba la reubicación del transformador en la caja inferior del futuro ascensor.
La sociedad Casino Marítimo está obligada, a través de un convenio urbanístico firmado en 1999 con el Ayuntamiento de Maó, a la construcción e instalación de una escalara y de este ascensor que comunicará el Moll de Llevant con el Paseo Marítimo, una obra que se retrasa ya más de una década y para la que el Consistorio otorgó la licencia el pasado 17 de mayo. El permiso se concedió por el anterior equipo de gobierno municipal, bajo al alcaldía de Vicenç Tur, días antes de celebrarse las elecciones locales, aunque el convenio se remonta a los años en que Arturo Bagur presidía la corporación.
Las dudas sobre la continuidad del proyecto surgieron nuevamente hace unos meses cuando el Casino Marítimo decidió de forma unilateral poner fin a su actividad en el local alquilado al Club Marítimo de Mahón. No obstante, un representante de la empresa del grupo gallego COMAR mostró durante el encuentro mantenido el pasado mes de agosto con los representantes municipales su intención de cumplir el compromiso adquirido. De hecho, fuentes municipales informaron ayer de que la promotora de la obra ya ha iniciado el proceso de selección de la empresa que finalmente ejecutará la obra, incluso podría estar negociando las condiciones del contrato.
Hay que recordar que el proyecto constructivo de esta zona del puerto asciende a unos 500.000 euros; 200.000 ya se han destinado a financiar la consolidación del cantil sufragados por el Consorcio del Acantilado (Consell y Govern) y los 300.000 euros restantes son la cuantía que deberá invertir el Casino Marítimo en el la instalación del nuevo ascensor.
El problema que surge ahora es la validez de la licencia concedida el pasado mes de mayo por el Ayuntamiento. Al parecer, sólo tiene una vigencia de seis meses, por lo tanto estaría caducada, aunque podría ser prorrogada si se constata la intención manifiesta de la promotora de realizar las obras. Al parecer, el Ayuntamiento pretende dar todas las facilidades posibles para desbloquear de una vez por todas este histórico proyecto lastrado desde hace años por promesas incumplidas y eternas excusas.