Ayer finalizó la octava Feria de Stocks de Maó, situada desde el viernes en el Recinto Ferial, y en la que se contabilizaron unas 10.000 visitas a lo largo de los tres días, siendo la jornada del sábado la que mayor asistencia registró, con unos 4.000 visitantes.
A pesar de que, según los comerciantes, la asistencia ha sido prácticamente la misma o un poco menor que en ediciones anteriores, la impresión en cuanto a ventas no es positiva. Tal como manifestaron los responsables de varios stands, los organizadores del evento no tuvieron en cuenta diferentes cuestiones como la fecha, otros actos, y la publicidad. "La gente cobra el paro el día 10, por lo que a día de hoy no se tiene dinero. Además, es puente y hay quien se ha ido de viaje. Encima ha coincidido con otras cosas, como la jornada de rally. Esto se tiene que planificar mejor", decía un comerciante de Maó.
"Es así. No han pensado en el calendario. También repartieron los carteles tarde, con dos días de antelación a la feria, y los ciudadanos no se enteran si no lo ven anunciado con al menos una semana de antelación", dijo un empresario de Ciutadella.
Las propietarias de un negocio de lencería de Ferreries aseguraron que no les mereció la pena participar en la feria. "La gente no quiere comprar, miran mucho el precio. Yo tengo cosas de sesenta euros a quince y ni eso les interesa. Este año no nos ha merecido la pena venir porque no hemos sacado ni para pagar el estand, que es carísimo".
Y es que, según estas comerciantes, por un espacio de 16 metros cuadrados han tenido que pagar 440 euros. "Y eso que somos de ASCOME, si no pedían 600. El gasto que se debe tener en este recinto no justifica el precio tan alto que piden por los estands. Aún así, sabemos que en la feria de Ciutadella se pagó mucho más, por eso terminamos por no ir. Nos pedían casi 400 euros por nueve metros cuadrados. Por otro lado, aquí tampoco tenemos precios especiales para comer. Nos sale caro", concluyen.
El hecho de que ya se hayan celebrado tres ferias de stocks en la Isla recientemente (Alaior, Sant Lluís y Ciutadella) tampoco ha ayudado, según comentan algunos participantes en el evento de Maó. "Estamos decepcionados porque, además de subir la cuota del expositor y obtener menos servicios, lo cual no se explica con lo difíciles que están las cosas, no entendemos por qué no se ponen de acuerdo para no celebrar este tipo de ferias a la vez. La verdad es que no merece la pena. Si ves lo que te esfuerzas, el montaje, las horas que echas y demás... No sé si repetiré", decía una vendedora.
Aunque no a todos los estands les ha ido mal y han conseguido vender en menor o mayor medida, la vicepresidenta de ASCOME, Isabel Mercadal, apunta que, efectivamente, este año ha sido flojo. "Era de esperar viendo cómo ha ido el invierno y lo parado que ha estado el comercio. La fecha no se ha cambiado, es que esta feria siempre se organiza el primer fin de semana de marzo, haya lo que haya. Es cierto que los estands son costosos y este año lo han subido; y también pienso que habrá que ponerse de acuerdo para no organizar ferias de este tipo tan seguidas. Tenemos que reunirnos y poner cosas en común", comentaba Mercadal.
En todo caso, lo cierto es que los setenta puestos participantes ofrecían unas rebajas muy llamativas, incluso de más del cincuenta por ciento.