Una máquina provista de una cizalla para desguace ha comenzado a recortar los viejos silos de hormigón de la empresa CEMEX en el Cós Nou del puerto de Maó. Los terrenos, una parcela de unos 1.000 metros donde se levantan desde 1973, formarán parte del ambicioso proyecto que promueve la Autoridad Portuaria de Balears (APB) en esta zona, cuyo buque insignia será la futura estación marítima.
La parcela en cuestión que dejará libre CEMEX se integrará concretamente en la nueva zona técnica náutica para la reparación y mantenimiento de embarcaciones, es decir, el varadero cuya gestión ha sido adjudicada recientemente a la empresa Pedro's Boat Centre.
Santiago Fernández, gerente de silos de CEMEX, explica que hace apenas una semana se procedió a desmantelar el fibrocemento de los silos (uralita) a cargo de una empresa especializada. "Éste es un elemento cancerígeno y su manipulación debe ser realizada siguiendo una normativa específica", subraya y añade que el material fue "precintado y entregado a un gestor autorizado".
Posteriormente, los operarios de la empresa Enrri-Berri iniciaron el lunes por la tarde y continuaron ayer el grueso de la operación: las tareas de demolición de un muro y de la estructura metálica de los viejos silos que dejaron de ser operativos hace ahora un año. Se trata de dos depósitos con una capacidad de 1.500 toneladas cada uno.
A lo largo de esta semana está previsto trocear la estructura de hierro en pequeñas piezas para facilitar su transporte por vía marítima y en contenedores hasta una planta de tratamiento en la Península. Los trabajos de desmantelamiento se prolongarán en un principio cerca de tres semanas. El objetivo es dejar la instalación "a cota cero" según el compromiso adquirido por CEMEX con APB. El coste de esta operación asciende a 50.000 euros.
Nuevas prestaciones
A pesar de esta demolición, la empresa hormigonera seguirá presente en el puerto con otros tres depósitos con una capacidad total de 3.700 toneladas situados a unos 300 metros de las viejos silos. Estas instalaciones cuentan con sistemas más modernos de tratamiento del cemento y se adaptan plenamente a la normativa medioambiental vigente, según resalta la empresa hormigonera.
Entre estas prestaciones destaca el sistema de filtrado que impide que el cemento salga al exterior durante las operaciones de carga y descarga, y además los nuevos silos pueden admitir hasta tres tipos de cemento.