Un grupo numeroso de aficionados a la pesca, que practican dicho hobby en el puerto de Maó, se ha organizado para reclamar "su uso pacífico, como hacíamos hasta ahora" y dar a conocer "la presión" que, en los últimos meses, reciben de las autoridades para no pescar en las aguas de la rada, a su juicio debido a una interpretación demasiado restrictiva de la norma vigente.
De hecho, todas estas personas que comparten la práctica de esta afición, en diferentes modalidades como puede ser la captura y suelta o, sin llegar a deporte, como simple distracción, han creado una página en una red social (Pescar en el puerto de Mahón Sí!) que anoche rozaba ya las 800 adhesiones y han hecho llegar su malestar al director de la Administración General del Estado en Menorca, Antoni Juaneda.
El representante de la Administración estatal confirmó ayer que, desde el pasado abril, se han producido dos denuncias de la Guardia Civil por pescar en el puerto de Maó, y se han iniciado los expedientes de sanción pertinentes por parte del Consell "pero aún no han generado multas", matizó, ya que los afectados pueden presentar sus alegaciones.
La cuantía impuesta, según un portavoz del grupo de pesca deportiva, es de 301 euros.
Juaneda celebró ayer mismo un encuentro con el conseller de Economía, Medio Ambiente y Caza, Fernando Villalonga (su área también tiene competencia en materia de pesca) y con el capitán de la Guardia Civil, Roberto Tirado, para clarificar en qué zonas del puerto se puede pescar y en cuáles está prohibido, por motivos de seguridad y para no entorpecer la actividad.
El director insular declaró al término de la reunión que el problema está en vías de solucionarse y que hoy mismo mantendrá otro encuentro con los responsables de Autoridad Portuaria de Balears (APB).
Desde el gabinete de prensa del ente portuario señalaron ayer que la Policía del puerto no ha modificado la aplicación de la normativa vigente y que no ha tramitado ninguna denuncia; asimismo, informaron de que la clasificación del puerto es la de interés general y, como tal, alberga en sus aguas diferentes actividades.
Tampoco ha habido ningún cambio del reglamento, que data del año 1967 y que, en su artículo 64, regula las actividades permitidas y prohibidas en el puerto. "
Hay actividades secundarias que, si no tienen una autorización expresa, no se pueden realizar, como puede ser la pesca desde el muelle, pero siempre en lugares donde se puede entrar en conflicto con otras actividades", señalaron las mismas fuentes de APB, al tiempo que afirmaron que la interpretación de la normativa siempre ha permitido "espacios de mayor tolerancia", como pueden ser la ribera norte, el Moll d'en Pons o el Fonduco.
Es el mismo argumento que utilizan los pescadores afectados y que ayer compartió el director insular. "Yo soy partidario de prohibir la pesca donde pueda interferir, en el Cós Nou o en los muelles comerciales, pero el puerto de Maó no es puramente artificial y comercial, al contrario, es un puerto natural dentro del cual se han creado instalaciones portuarias", aseguró Juaneda.