Ferreries no tiene un núcleo histórico con grandes monumentos, ni palacios señoriales ni grandes edificios, pero sus calles rezuman calidez, proximidad y un encanto difícil de definir.
Y de noche, con la luz de la luna y la ayuda de las farolas, esas calles antiguas adoptan un aire acogedor, que invita al paseo reposado.
Si a esto le añades cincuenta artesanos y comerciantes exponiendo sus creaciones a pie de calle, música y diversión para los más pequeños, el resultado es una invitación a pasarse por Ferreries, descubrirlo y quererlo.
Así empezó ayer el primero de los mercados nocturnos que cada noche de viernes durante el verano convertirá al pueblo en un ir y venir de gente. En su estreno, un gran número de curiosos se acercaron a descubrir la novedad, y se encontraron con paradas de gran diversidad. Uno se podía tomar un crep mientras escuchaba la Banda de Cornetes, o contemplar las creaciones en piel después de tomarse un refresco 'made in Ferreries'. Juegos, bisutería, ropa, creaciones con cerámica, con piedra... Si realmente para gustos están los colores, el mercado nocturno de Ferreries es de verdad multicolor.
Ayer, los ferreriencs salieron a la calle para contemplar el mercado. También llegaron turistas y gente de otros pueblos de Menorca, objetivo principal de una iniciativa que, además de dinamizar el pueblo, persigue recordar a quienes ya no lo contemplan desde el volante de su coche que Ferreries sigue en el mismo sitio, con los mismos encantos de siempre y ahora con uno más, este mercado nocturno que volverá el próximo viernes y los siguientes, de 19 a 23 horas.