La propuesta del Ayuntamiento de Maó de cerrar al tráfico rodado un tramo del puerto en momentos puntuales del verano ha generado un importante rechazo en una parte importante de los comerciantes y restauradores de la rada. Incluso se ha iniciado una recogida de firmas para trasladar al Consistorio el malestar existente tanto por el contenido de la idea como por la forma en que se está llevando a cabo.
Algunos empresarios consultados incluso llegan a señalar que el rechazo a la propuesta es casi absoluto, sobre todo por el hecho de que no se les haya consultado cuando la puesta en marcha de la iniciativa, siempre que Autoridad Portuaria de Balears dé el visto bueno, se antoja inminente.
El debate en el puerto está encendido, y ha llegado, como no podía ser de otra manera, a la Asociación de Artesanos, Comerciantes y Restauradores del Puerto de Mahón que de momento no se pronuncia al respecto. No obstante, es sabido que la oposición del colectivo a la propuesta del Ayuntamiento de Maó es firme.
Los motivos del rechazo son diversos. Unos ven que la propuesta es improvisada, a pesar de que se lleva manejando desde hace muchos años, con el PSOE al frente del Ayuntamiento de Maó. Explican que no existen bolsas de aparcamiento alternativas en las inmediaciones de la zona que se vería afectada por el cierre (entre las cuestas Corea y Reynés). Consideran imprescindible que se disponga de una determinada infraestructura, con información para que el turista no se confunda, una lanzadera o el ya legendario ascensor operativo. El temor de comerciantes y restauradores es que el puerto se convierta en un auténtico caos de conductores dando vueltas. Otros, repudian la idea en su concepto más general.
Conflicto territorial
Entre los empresarios consultados aparece también el conflicto territorial, es decir, que se adopten medidas de dinamización siempre para el mismo tramo del puerto de Maó, el más oriental, y se deje de lado al resto.
Las personas que cuentan con una actividad comercial en la rada aseguran que la medida se plantea en un momento muy delicado, con un puerto en clara decadencia en cuanto a su nivel de actividad, sin que el inicio de julio haya traído una mejora en la cantidad ingresada en caja. La preocupación es evidente.
Por esta razón, también se plantean iniciativas alternativas, como la surgida en algunos encuentros mantenidos con el propio equipo de gobierno municipal de convertir el puerto de Maó en una zona de un solo sentido de circulación, dejando un mayor espacio para aparcamiento. La idea también apareció con el PSOE al frente del Ayuntamiento.
Además del rechazo frontal de los empresarios del puerto, que se está materializando en la citada recogida de firmas, otros factores influyen en contra de la viabilidad de la propuesta, que debe recibir el visto bueno de Autoridad Portuaria, como son las 150 plazas de aparcamiento que se inutilizarían, los alrededor de 200 amarres cuyos usuarios quedarían aislados en cuanto al uso del coche, tanto propio como de los servicios que reciben, o detalles como decidir qué cuerpo policial controla el cierre.