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La lucha continúa en el puerto de Maó

Unos 25 empresarios vuelven a cortar el acceso a la Costa d'en Reynés durante algo más de diez minutos para mostrar su rechazo a la peatonalización parcial de un tramo del Moll de Llevant

Corte. Los movilizados impidieron que los coches pudieran subir a Maó por la Costa d’en Reynés - Pep

| Maó |

La lucha de comerciantes y restauradores contra el cierre parcial al tráfico del puerto de Maó no será flor de un día. Unos 25 empresarios se manifestaron ayer de nuevo a la hora de inicio de la peatonalización de un tramo del Moll de Llevant y cortaron durante algo más de diez minutos el acceso a la Costa d'en Reynés, como habían hecho el día antes, lo que obligaba a los conductores a irse por donde habían venido. La protesta se saldó sin más incidencias que una ligera retención del tráfico en la rada.

Algunos empresarios aseguran que son muchos más los que están en contra de la medida, pero que hay quien no puede dejar su negocio desatendido en plena tarde. Otros, sin embargo, también se oponen al cierre parcial del tráfico pero prefieren no movilizarse. De hecho, antes de colocarse sobre el paso de peatones de la parte baja de la Costa d'en Reynés, los empresarios se reunieron para decidir si la protesta seguía adelante o no. Hubo quien defendió la conveniencia de ir por otros cauces y, tras ver rechazada su protesta, simplemente se marchó.

Los propietarios aseguran que el rechazo a la medida es mayoritario, incluso por parte de aquellos negocios ubicados en la zona peatonal a tiempo parcial. Y realmente en la protesta de ayer había varios empresarios del tramo por el que se reduce, que no elimina, el tráfico entre las 20 y las 24 horas.

Sobre la incidencia real de la medida aplicada desde el miércoles, los comentarios son diversos aunque todos apuntan a un descenso de la actividad, especialmente en la zona donde no se ha cerrado el tráfico. Explican algunos que en la zona de la Estación Marítima, "estos días el ambiente es tétrico". Son varios los que no tienen reparos en dar las cifras del descenso diario de su facturación y cuenta un empresario que uno de sus colegas tuvo que cancelar una reserva para treinta personas porque los comensales no encontraban la manera de llegar al restaurante.

Las movilizaciones no tienen visos de parar. "El martes esto estará abierto", espetaba una de las más animosas manifestantes.

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