Los vecinos de Llucmaçanes se despertaron ayer con el ritmo de la Banda de Cornetistes i Tamboriners de Dalt Sant Joan y la salida de los gigantes de la población, Joan y Rita, que recorrieron las calles para recordar que todavía quedaba una larga jornada festiva por delante.
Sobre las diez tenía lugar la salida de la qualcada, que se dirigiría a la iglesia de Sant Gaietà a celebrar la Missa de Caixers, un momento muy concurrido y al que acuden muchos residentes aprovechando que el espacio no está tan masificado como el día anterior.
Tras el reparto del aigua-ros, daba comienzo el jaleo en la plaza, esta vez sin tanto bullicio como el sábado, pero con un ambiente bueno y tranquilo. El cielo parcialmente cubierto daba una sensación de bochorno que muchos combatían con bebidas frescas, aunque el viento que comenzó a soplar rozando el mediodía ayudó a mitigar el calor.
Finalizado el jaleo, los caixers pudieron disfrutar de la "beguda", relajándose y comentando cómo ha resultado su participación en las fiestas.
Los actos continuaron en Llucmaçanes a lo largo de la tarde, con la salida de los gigantes del pueblo y los invitados, siempre acompañados por la Banda de Música de Maó.
Ya por la noche, estaba previsto que actuara el grupo de música menorquina Es Bastió de s'Illa, y el grupo de danza Dansànima con su espectáculo Cel i Terra, para finalizar la jornada con un castillo de fuegos artificiales.
Sin incidentes graves
Las fiestas de Sant Gaietà se caracterizan por ser tranquilas, sin demasiados incidentes. Así lo afirma Osvaldo Corretje, coordinador de Cruz Roja de Maó, quien informó de que el sábado hubo que realizar veinte atenciones, mientras que ayer domingo se atendió a cinco personas. "Suelen ser contusiones por pisotones de caballos, de gente, o empujones. Lo más grave que tuvimos fue el sábado, cuando una señora necesitó tres puntos en la sien al caerse por culpa de una pequeña avalancha", explica el coordinador.
El puesto de Cruz Roja siempre tiene muy buena situación, en plena plaza. "Siempre contamos con un médico y un enfermero, además del personal de la entidad con formación sanitaria, que son voluntarios. El sábado fuimos un equipo de 16 personas, mientras que ayer fuimos 14", concluye Corretje.