Alimentar a un guepardo, colaborar en la curación de una cacatúa a la que se le habían caído las plumas o bregar con el difícil carácter de los titis son tan sólo algunas de las experiencias que Beatriz López Roselló (Maó, 1990) se ha traído de vuelta del centro de recuperación y rehabilitación de animales ubicado en la localidad sudafricana de Jeffreys Bay, cercana a la ciudad de Port Elisabeth. Esta estudiante de Veterinaria menorquina ha trabajado durante todo el mes de julio como voluntaria con el fin de tomar contacto con el cuidado de la fauna salvaje y silvestre.
¿Qué la llevó hasta Sudáfrica?
He acabado cuarto curso de Veterinaria y tengo claro que me quiero especializar en fauna silvestre y salvaje. Por ello, pensé que hacer un voluntariado me ayudaría a ir tomando contacto con este mundo. Investigué diversas posibilidades a través de internet hasta que una compañera me habló del centro de recuperación y rehabilitación African Dawn Wildlife and Bird Sanctuary, que está ubicado en Jeffreys Bay, un pueblo de la costa muy conocido porque es un lugar ideal para practicar surf. Más o menos en el mes de febrero me puse en contacto con ellos y me ofrecí como voluntaria.
Y aceptaron su ofrecimiento....
Sí. Me contestaron enseguida y, después de facilitarles mi currículum, me admitieron. Llegué a Sudáfrica el 1 de julio, primero aterricé en Johannesburgo y posteriormente cogí otro vuelo hasta Port Elisabeth, que está a alrededor de tres cuartos de hora en coche de Jeffreys Bay. Cuando llegué al centro estaban cenando, todos fueron muy amables conmigo y me acogieron muy bien.
¿Había otros voluntarios?
Sí, hemos llegado a ser una treintena. Entre ellos éramos cuatro españoles y también había brasileños, italianos, británicos, suizos e incluso una californiana.
¿Cuál era su labor en el centro?
La jornada comenzaba a las 7.30 horas dando de comer y beber a todos los animales. Nosotros desayunábamos después y, posteriormente, nos daban la lista de tareas, que dependía de las necesidades del día. Los voluntarios hacíamos de todo, desde ayudar en la clínica a atender a los animales heridos o enfermos hasta construir nuevas jaulas si era necesario.
¿Qué tipo de animales eran acogidos en las instalaciones?
La mayoría eran aves y felinos. Entre éstos últimos había guepardos y servals, de un tamaño algo superior al de un gato y con un pelaje moteado. También había monos e incluso un cocodrilo. En general, el centro acoge tanto animales salvajes como mascotas de las que sus dueños se han deshecho, muchas de las cuales llegaban con deficiencias nutricionales. Entre las aves había cacatúas, macacos, águilas negras africanas, halcones pigmeos y otras especies endógenas como los Turaco knysna, los glossy bird o los hornbills. Todos tenían colores muy llamativos.
¿Los liberaban tras tratarlos?
Normalmente sólo se liberaba a los animales que provenían de un medio salvaje porque el resto no estaban preparados para vivir en libertad. Por su parte, es muy difícil soltar a los felinos porque se acostumbran muy rápidamente al trato humano. En estos casos, los animales se quedaban en el centro y los utilizaban para programas de cría. Así, los cachorros sí que podían ser liberados.
¿Qué precauciones deben tomar a la hora de manejar animales peligrosos?
Especialmente con los felinos has de ser muy observador puesto que antes de atacar suelen mostrar alguna señal. Además, has de entrar en su jaula sin ser brusco y sin gritar y, cuando les vas a dar de comer, has de tener cuidado de no quedarte con su comida en la mano porque te puedes llevar un mordisco. De todas maneras, durante el mes que estuve yo allí el único animal que mordió a algún voluntario no fue precisamente un felino sino una cacatúa que tenía mala baba.
También algunas especies de monos tienen un carácter complicado....
Sí, los titis son también bastante agresivos. Había algunos en el centro, así como también monos ardilla, algo más grandes y muy ágiles. Sin embargo, había un centro cercano especializado en primates y la mayoría de monos eran tratados allí.
¿Qué tipo de alimentación llevaba cada uno de los animales?
Los monos comían una mezcla de fruta, cereales y semillas como maíz y pipas. Por su parte, la mayoría de aves se alimentaban de platos combinados que incluían huevo duro, fruta, cereales, semillas y carne en diferentes proporciones que se adaptaban hasta conseguir una dieta similar a la del animal en estado salvaje. Finalmente, los felinos comían carne, especialmente pollo y ternera.
¿Qué le ha aportado esta experiencia en Sudáfrica?
Me ha dado una visión más práctica y he podido aprender el manejo de este tipo de animales con los que tienes que tener cierto cuidado. La verdad es que este mes allí me ha pasado muy rápido, me hubiera gustado quedarme más tiempo pero no ha podido ser. Mi intención es volver el año próximo porque creo que puedo aprender todavía mucho en el centro.
¿Cuáles son sus planes al finalizar sus estudios?
Para especializarme en fauna silvestre y salvaje puedo hacerlo a través de un master, un doctorado o llevando a cabo una residencia en un centro especializado. Mi intención es decantarme por esta última opción y posiblemente tenga que marcharme al extranjero.