El nuevo conseller de Salud, Familia y Bienestar Social, Antoni Mesquida, dio ayer un voto de confianza al gerente del IB-Salut de Menorca, José Luis Gallego, cuestionado estos días por los organizaciones sindicales que reclaman su dimisión e incluso por algunos jefes de sección del "Mateu Orfila". No obstante, durante su primera visita a la Isla, Mesquida dejó claro que Gallego deberá adoptar el mismo talante de "diálogo y negociación" que el sustituto de Carmen Castro aplica en la conselleria que preside. "Si mi talante es hablar y dejarme aconsejar, creo que el gerente también será sensible a esto", dijo. Y es que una de las principales críticas de las organizaciones sindicales es la falta de comunicación de José Luís Gallego, su actitud, "le pierden las formas", dicen de él y la desorganización existente en los centros de salud. Mesquida dijo conocer la "inestabilidad" que se vive en el seno del área de Salud de Menorca, si bien añadió conciliador, su intención es reunirse con las partes enfrentadas. "Quiero tener un conocimiento más directo y personal", aseveró el conseller, aunque ayer sólo se reunió con el gerente y su equipo directivo, con quienes también visitó la sala de diálisis del Hospital, el área de consultas externas, rayos y el laboratorio químico.
Cinco semanas negociando
Tras el recorrido, y a preguntas de los periodistas, el gerente, José Luis Gallego, se defendió de las críticas recibidas por su gestión y matizó algunas de las informaciones publicadas estos últimos días. Así, en cuanto a las acusaciones de falta de diálogo, el responsable del Área de Salud de Menorca hizo hincapié en que su equipo directivo lleva ya "cinco semanas" negociando con todos los jefes de servicio el aumento de jornada laboral de 35 a 37,5 horas aprobada por el Govern. "Hemos llegado a un pacto. Lo que sucede es que hacer más actividad por menos es difícil, pero esto es lo que tenemos que hacer en estos momentos", insistió. Gallego también achacó la tensión que se vive entre los trabajadores a "decisiones ajenas" a la propia institución como la eliminación de la paga extra de Navidad y la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) que obligaba a los facultativos a la devolución de complementos cobrados.
Ajuste de plantilla
En cuanto a los recortes y ajustes realizados, el responsable del "Mateu Orfila" insistió en que no se ha despedido ningún médico. "Sólo hemos adecuado la plantilla a la actividad que tenemos", subrayó. "En una planta con 20 camas no es razonable tener cinco enfermeras, sino una ratio de diez o doce camas por enfermera. Hacemos una utilización eficiente de los recursos", ejemplificó. Sobre las críticas de falta de organización, el doctor Gallego admitió que los trabajadores de la sanidad pública han tenido que afrontar un gran cambio en "las formas de pensar y actuar" debido a la necesidad de realizar los ajustes que impone la obligación de reducir el gasto público. "Los cambios siempre suelen ser cuestionados", reflexionó el gerente.
Renuncias
En cuanto a los ceses de Catalina Camps, jefa del servicio de Oftalmología, y de Alfons García, responsable de Otorrinolaringología, el gerente matizó en que se trata de "cargos voluntarios". Sobre la renuncia de la jefa de Oftalmología, explicó la dificultad que entrañaba organizar este servicio al trabajar Camps cuatro días en Ciutadella y sólo uno en Maó. "A mi me gusta tener un interlocutor aquí (por Maó) y si ella no estaba en condiciones de prestar al menos cuatro días en Maó, no me pareció la postura adecuada y llegamos a un acuerdo cordial" comentó.
Sobre la dimisión del jefe de servicio de Otorrinolaringología, Gallego expresó su deseo de que el facultativo reconsidere su decisión. "Está de vacaciones y he hablado con él por teléfono, pero le he emplazado a una reunión para hablar en persona y después decidir", comentó. "El jefe de este servicio es uno de los firmantes que pide mi dimisión, está en su derecho, pero creo que es la persona más capacitada para atender el servicio", concluyó.