Menorca sigue lejos, aunque menos que el año pasado, de cumplir los tratados internacionales que intentan limitar la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. Desde hace tres años, algo está cambiando en la Isla en lo que se refiere a emisión de gases que provocan el llamado efecto invernadero, puesto que se ha roto la tendencia al incremento constante. El 2011, último año del que se disponen de datos, esta tendencia se confirmó.
El Observatorio Socioambiental de Menorca (OBSAM) cifra en un 2,6 por ciento el descenso en la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera en el año pasado. Es un descenso menor que el registrado en los años 2010 y 2009, pero viene a confirmar que la tendencia a la baja no tiene retorno. La explicación a este descenso se halla en la menor demanda de energía eléctrica, lo que, obviamente, obliga a producir menos electricidad a través de sistemas contaminantes como la combustión de combustibles fósiles.
A pesar de esta disminución, Menorca sigue enviando al cielo muchos más gases contaminantes de los que debería. La base para alcanzar esta conclusión es el Protocolo de Kyoto. Mediante ese acuerdo internacional, España se comprometió a que desde el año 1990, las emisiones de dióxido de carbono solamente se incrementarían un 15 por ciento hasta este año. El desfase, en este sentido, es evidente. En el año 1990, se calculaba que Menorca enviaba a la atmósfera 395.222,7 toneladas de dióxido de carbono. El año pasado, esa cifra estaba en 649.935,9 toneladas, es decir, un 64,4 por ciento más que en 1990, y muy por encima de lo pactado en Kyoto.
Aún si se toma como punto de partida el nuevo Plan de Emisiones que se aprobó en el año 2006, más tolerante con las emisiones que Kyoto, Menorca sigue sin estar dentro de lo pactado. Así, en 2006 se acordó que en vez de un incremento del 15 por ciento de las emisiones en comparación con 1990, se permitiría un aumento del 37 por ciento. La Isla, con un 64,4 por cien, sigue superando con mucha amplitud estas cifras.
La lectura de los datos puede realizarse, también, desde un punto de vista más positivo. Los datos de emisiones del año 2011 no se veían en la Isla desde hace una década. Es decir, desde el año 2003, Menorca había estado enviando al cielo más dióxido de carbono que el año pasado. Incluso se llegó a un punto de inflexión, en el año 2008, cuando el incremento de emisiones en relación al 1990 fue del 86,5; 22 puntos por encima del año pasado. Además, algunos analistas apuntan que la crisis económica puede incrementar la tendencia a la disminución de las emisiones de dióxido de carbono, por un menor consumo energético e incluso por una disminución del tránsito de vehículos.
Y es que el combustible para automóviles supone el 21 por ciento de la generación de dióxido de carbono en la Isla, donde la actividad que mayores emisiones genera es la combustión de combustibles fósiles para crear electricidad, que supone el 62 por ciento del total de dióxido de carbono que desde Menorca se envía al cielo. Con un papel mucho menor se encuentran los combustibles usados en la aviación (un ocho por ciento del total), los combustibles usados para calefacción como butano, propano o gasoil (un seis por ciento del total) y en último lugar, según la clasificación del OBSAM, se halla el combustible utilizado por el sector agrícola, que supone el tres por ciento del total.
Si se compara Menorca con Europa, se ve que es uno de los territorios que menos han cumplido los acuerdos de Kyoto, puesto que en la Isla se ha aumentado la emisión de dióxido de carbono casi el doble que en el total de España, e incluso en algunos países, como Alemania, Francia o Suecia, se han superado incluso las expectativas de reducción de Kyoto.