El concierto estrella del verano en la Isla no defraudó a nadie. La Oreja de Van Gogh consiguió reunir en el Estadi Maonès a más de 3.000 personas que disfrutaron al máximo de la actuación. Y no sólo ellos, los componentes del grupo manifestaron después del concierto que "ha sido fantástico". Una propuesta que estaba enmarcada en los actos de las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia, organizada por Cadena 100 y el diario "Menorca", en lo que fue una apuesta por traer un grupo de primer nivel en un contexto de grandes dificultades económicas.
Apenas cinco minutos después de las once de la noche se encendieron las luces del escenario, lo que dio pie a que estallara el griterío del público. E instantes después aparecieron sobre el escenario los cinco componentes de La Oreja de Van Gogh (LOVG), Pablo Benegas (guitarra), Álvaro Fuentes (bajo), Haritz Garde (batería), Xabier San Martín (coros y teclado) y Leire Martínez (voz). Inmediatamente tocaron su canción del verano, "Día cero" (la sintonía de la presente Vuelta Ciclista a España).
Fue después de la primera canción cuando Martínez saludó con un "buenas noches Mahón", antes de dar paso a su segundo tema, "Esta vez no digas nada", ante un público entregado. El apoyo de los presentes hizo que después de esta interpretación, la cantante del grupo afirmara que "parece mentira que con los 15 o 17 años que tiene el grupo todavía no hubiéramos venido ni a Mahón ni a Menorca", unas palabras que levantaron aún más el ánimo tanto en el césped como en la grada, prácticamente llena.
A partir de ahí se fueron sucediendo temas como "Cuídate", "Europa VII", o "Rosas", una canción que dejó claro que LOVG tiene en Menorca seguidores que conocen bien las letras de sus composiciones. La cantante dirigió el micrófono al público para que fuera éste quien interpretara el estribillo. Algo que debió gustar a la guipuzcoana, que no dudó en sacar su teléfono móvil para inmortalizar el momento con una fotografía desde el escenario. Una instantánea que quedó colgada en el perfil de Twitter del grupo después del concierto, junto con unas palabras de agradecimiento: "Este concierto en Menorca lo hemos disfrutado como solo se disfrutan las primeras veces. ¡Gracias amigos!". Fue después de cantar "París" cuando Leire Martínez dijo saber que "ha venido gente de toda la Isla, y también de fuera, de Barcelona", justo antes de preguntar a los presentes "¿creéis que el rock ha muerto?". Cuestión que quedó respondida con la interpretación de "Dos copos de nieve".
Cuando el concierto estaba cruzando su ecuador, la intérprete vasca hizo una petición a los presentes: "Esta noche tenéis que prometernos algo. Nosotros hemos tardado pero hemos venido. Tenéis que prometernos que visitaréis nuestra ciudad". Palabras que servían para introducir "La playa", canción dedicada a La Concha de San Sebastián y que el público se encargó de cantar al micrófono tendido de Martínez.
El concierto fue avanzando, con el público entregado en cada canción, como "Paloma blanca", que acabo con gritos de "guapa, guapa" de los más próximos al escenario. Tras una sonrisa, Martínez respondió con un "guapos vosotros". Eso fue justo antes de interpretar "Promesas de primavera", una pieza que la vocalista confesó que surgió casi sin querer, en el estudio de ensayo, "con la esperanza de que acabara el terrorismo en nuestro país, y que hemos visto que éstas son historias que también se hacen realidad".
Siguieron "La niña que llora en tus fiestas" y "Puedes contar conmigo", interpretación, ésta última, tras la cual se escuchó, por primera vez, un "hasta siempre" de la cantante. El público reaccionó de inmediato con gritos de "Leire, Leire" y "otra, otra". Y hubo otra. Y más. En el Estadi Maonès sonaron "Jueves", en el que la cantante estuvo acompañada por el piano de Xabier San Martín; y "El último vals".
Fue entonces cuando Leire afirmó que "ha sido un placer compartir estas cometas en el cielo con vosotros. Gracias a todos, a Cadena 100 y al diario 'Menorca' que han hecho posible este concierto, a los técnicos. Pero los que realmente os habéis ganado un aplauso sois vosotros", concluyó la vocalista, animando al público a compartir la que parecía la última canción de la noche, "Cometas por el cielo". Y todos respondieron. Los bailes y los saltos se apoderaron del estadio al ritmo de la música hasta que cesaron sus notas. Faltaban cinco minutos para la una de la noche. El grupo al completo se adelantó sobre el escenario para saludar, obteniendo una gran ovación como recompensa. Se palpaba la satisfacción entre los presentes. Tras varios minutos correspondiendo a los aplausos, los cinco componentes desaparecieron del escenario, en lo que parecía, ahora sí, el final del concierto.
Los focos del campo de fútbol se encendieron. La gente empezó a tomar el rumbo hacia la salida. Pero La Oreja de Van Gogh no quería dar por terminada la fiesta. Se sentían a gusto. "¿Y ahora qué?", preguntó la artista, queriendo sorprender a quienes ya daban por terminada la velada. Los músicos estaban otra vez sobre el escenario armados con sus instrumentos para interpretar "Pop", que hizo que el público diera marcha atrás para escuchar la que, ahora sí, sería la última canción de la noche.