N.L., X.P, y M.M fueron víctimas el pasado lunes de un robo silencioso mientras visitaban el faro de Favàritx en uno de los días de fuerte viento. Se habían desplazado a media tarde con otro familiar para contemplar el oleaje que la tramontana levantaba desde que entró el viento del norte como una de las alternativas turísticas que se realizan cuando las condiciones meteorológicas no acompañan para pasar el día en la playa.
Aparcaron su vehículo junto a otros muchos más que había estacionados en las zonas habilitadas en la inmediaciones del faro, dejando escondidos bajo los asientos, todas sus pertenencias personales, móviles incluidos. Después de dar un largo paseo y obtener unas cuantas fotografías del espectáculo que supone tener el mar en furia, regresaron hasta la zona donde habían estacionado sin notar nada extraño, por lo que se dirigieron de vuelta a casa con toda tranquilidad. Todo estaba en su sitio y nada hacía presagiar que hubieran sido víctimas de ningún robo.
Sorpresa
Fue a la mañana siguiente, al salir a comprar, cuando se dieron cuenta que en los monederos no había ningún céntimo si bien las tarjetas de crédito, la documentación y demás se encontraban. "Le pregunté a mi marido dónde había dejado el dinero que llevaba yo en el monedero y él, al mirar en su cartera se dio cuenta que también le faltaban las libras que tenía" explica N.L. a este diario. Inmediatamente preguntaron a M.M quién les dijo que también le faltaba el dinero de su monedero y que algunas cosas estaban cambiadas de sitio. "Fue una situación un poco extraña el levantarse y pensar que estábamos con los monederos vacíos sin explicación alguna" explica X.P. Trataron, entonces, de recordar qué podía haber sucedido e inmediatamente se dirigieron a inspeccionar su vehículo donde pudieron apreciar que, de manera sutil, les habían manipulado la cerradura sin apenas dañarla.
"Al fijarnos con atención descubrimos unas cuantas marcas sutiles en la cerradura, la puerta y la zona del cristal que el día anterior ni vimos" explica M.M "La suerte, entre la desgracia, es que no llevábamos mucho efectivo y que no se apropiaron de tarjetas, documentación y demás ya que es un engorro todo el tema de recuperación o renovación. Incluso podrían haberse llevado los teléfonos" concluye N.L. Los hechos no han sido denunciados a la Policía si bien el hecho vivido les ha dejado un mal sabor de boca de su día en Favàritx.