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"La Isla debe buscar la diferenciación para ser única, como los campos de golf"

El empresario catalán y político de CiU, Joaquim Molins, incide en la necesidad de potenciar un turismo diferente al sol y playa y opina que el motor económico se ha parado porque ha quedado sin gasolina

Encuentro. Molins junto a los expertos del Cercle d’Economia - Javier

| Maó |

Es ingeniero industrial y master en Economía y Dirección de Empresas, pero sobre todo un ser político por naturaleza. Joaquim Molins, personaje destacado de la vida política de Catalunya, además de por su cosechada trayectoria como empresario, compartió ayer con los miembros del Cercle d'Economia sus experiencias y opiniones tanto empresariales como institucionales.

Fue el creador del Institut Balear de Direcció Empresarial. Su pasión por el mundo de la política le sumergió en otro proyecto, la creación del Centre Català, posteriormente fusionado con CDC. En las elecciones de 1979 fue elegido diputado, un cargo que renovó en las elecciones de 1982. Cuatro años después dejó la política en Madrid al ser elegido conseller de Comercio y Turismo y, posteriormente, conseller de Política Territorial y Obras Públicas en el Govern de la Generalitat, combinándolo con el papel de miembro del Parlament de Catalunya. Volvió al Congreso de los Diputados en 1993 y en 1995 se encargó de la Presidencia y Portavocía del grupo parlamentario de Convergència i Unió. Ejerció con posterioridad como concejal en el Ayuntamiento de Barcelona. Y en 2001 abandonó la vida política para recuperar su actividad empresarial.

Tengo entendido que es un apasionado de Menorca...

Así es. Soy un gran enamorado de Menorca. Mi relación comenzó a raíz de mi primer trabajo profesional, el de crear una escuela de dirección de empresas en Mallorca. Allí había estudiantes menorquines, como Paco Tutzó, entre otros. Los menorquines me llevaron a conocer Menorca y quedé enamorado. Doce o catorce años después, en 1983, ya vine a veranear y cada vez intento pasar más tiempo en la Isla porque esto es un paraíso.

Es entonces un gran conocedor de la realidad que vivimos en Menorca.

Conocía más la realidad en los inicios de mi carrera profesional. Llegué a profundizar sobre Balears porque era parte de mi trabajo. No obstante, no me considero un experto en economía de las Islas pero sí un experto de las Islas porque me gustar saborearlas, e incluso venir y buscar setas.

Háganos una pincelada de les ideas a transmitir a los expertos del Cercle d'Economia.

Primero analizamos la situación actual de crisis para explicar cómo la veo yo. Hago un toque de atención en el sentido de que quien piense que cuando acabe la crisis nos servirán las mismas reglas de juego, va muy equivocado puesto que casi nada servirá, casi nada será igual. Saldremos de esta situación cuando consigamos volver a poner en marcha el motor que se ha parado, que no ha hecho más que destruir ocupación, lo que obliga a reducir el gasto, y por tanto, disminuyen los ingresos del Estado, más recesión, y más recortes. Es un pez que se muerde la cola. Se volverá a poner en marcha el proceso productivo, que se ha parado porque lo hemos dejado sin gasolina. Los bancos no dejan dinero y además te piden que devuelvas aquel que te habían dejado. Pero un buen síntoma es que somos capaces de producir productos que la gente quiere, de forma eficiente y con un coste bueno, como lo demuestra que en exportación estamos mejorando. La máquina está parada porque no compran pero no porque no sepamos fabricar en buenas condiciones. Cuando se ponga en marcha, las consecuencias pueden ser muy positivas. Además, se ha demostrado que recortar más no sirve de nada porque lo que hemos ahorrado ha servido para pagar el efecto que el recorte mismo ha provocado como el paro. Es un efecto diabólico. El gran problema ha sido estirar más el brazo que la manga. No podemos gastar por los descosidos, no podemos basarnos en un sistema económico centrado en la construcción, las finanzas. Hemos vivido en un mundo irreal. Y respecto al Estado del Bienestar, debemos tenerlo, no tiene marcha atrás, pero sí debemos plantearnos cómo llevarlo a cabo. Y sobretodo debemos poner ingenio e imaginación. Si somos capaces de tener productos atractivos para la gente, debemos poner imaginación en el producto, en la forma de producirlo y comercializarlo para dotarlo de futuro.

Empresa y economía son dos de las patas transversales de su trayectoria profesional. ¿Cómo ve Menorca en estos dos sentidos?

Fuertemente afectada, pero los otros lo están más. No se han tocado los fundamentos. El problema inmobiliario existe pero no en el volumen del resto del Estado. La actividad volverá a restablecerse y fluirá con normalidad cuando acabe la crisis. Pero hay que respetar el patrimonio de Menorca. Es aquello de valorizar el patrimonio natural que es único en Menorca. Por ejemplo, hoteles de 300 plazas a primera línea de mar no deben proyectarse porque quien desee este tipo de turismo no vendrá a Menorca en busca de ello.

¿Cuál es, según usted, el caballo de batalla de la economía isleña?

La insularidad. Soy muy crítico con las administraciones en esta materia. Pagáis en Menorca la mismas consecuencias que en Catalunya. Porque el sistema de las grandes infraestructuras en transporte se está haciendo contando con los intereses del propietario de la infraestructura y no en que es una pieza fundamental para la eficiencia del mundo productivo. En la Isla, los amarres cuestan más que los de Cannes. Quieren superávit para invertirlo, no en la Isla sino en otros puertos. Igual ocurre con los aeropuertos, con las tasas de aquí pagan las grandes infraestructuras, casi todas pasadas de rosca. Respecto a las conexiones con Barcelona, los vuelos salen a la misma hora, un acto de competencia desleal entre operadores. Hay que explicar a Madrid que esto no es para los isleños sino también para ellos porque es un lujo contar con una isla y así se les debe explicar. Cuando uno tiene un handicap, como el tema de la insularidad, hay que ayudar. Debes potenciar las partes positivas de la Isla y minimizar el incremento de costes que provoca la insularidad. Para eso está el Estado y para eso le pagamos.

El turismo es una de las clave de la reactivación económica. Pero la temporada se ha reducido a unos pocos meses y si no hay oferta es porque tampoco hay demanda, o al revés. Es otro pez que se muerde la cola. ¿Qué recomendaría a los políticos para que esta situación se redireccione?

En un sector donde intervienen las administraciones y deben ayudar a salvar la máquina. La primera que debe hacer un esfuerzo es la administración. Las tasas aeroportuarias se aplican en Menorca y el superávit que tienen no deben destinarse a otro aeropuerto sino a Menorca y que revierta en el precio de los billetes, por ejemplo. También hace falta la implicación del sector. Si solo ofertas sol y playa, te quedas en un par de meses. Por lo tanto, hay que llenar agujeros. Hay que buscar la diferenciación, invertir esfuerzos para potenciar el turismo del caballo, el megalítico, cultural. Es potenciar lo que tiene la Isla sin cargarte el patrimonio y buscando la diferenciación para ser única, por ejemplo, los campos de golf.

¿Cree, por tanto, que más campos de golf tienen cabida en Menorca?

Desde mi punto de vista sí. Porque quien lo practica suele ser un amante de la naturaleza. Ahora los campos de golf respetan mucho las acciones medioambientales como, por ejemplo, con el uso de agua reciclada.

Cambiemos de tema. Catalunya está inmerso en un proceso independentista. ¿Cree que Artur Mas ha tomado la decisión correcta?

Muchos dicen que el gran creador de independentistas catalanes ha sido el Gobierno del PP. Nada ha incrementado tanto el porcentaje de independentistas catalanes como las frases del ministro Wert en contra de la enseñanza en catalán. En Catalunya estamos hartos. Pedimos un pacto fiscal y nos dan con la puerta en las narices. El pacto fiscal no es un invento de hoy. Y están consiguiendo que Catalunya sea inviable. La efervescencia actual es fruto de un proceso. El problema sigue siendo el mismo, que Madrid continua sin entender nada. Faltan mejores formas. Entendemos totalmente la postura de Mas y la compartimos. Esta situación es continuación de un proceso con respuestas negativas permanentes.

"Molins señala que CiU no busca la independencia". Este titular lo publicaba el diario "El Mundo" en enero de 1999. Pero, con una situación como la actual, ¿cómo cree que hubiera reaccionado CiU?

CiU actuará como lo está haciendo Mas. Tiene todo nuestro apoyo, porque CiU se siente realmente engañado. Nosotros creamos una forma de hacer y ahora nos ridiculizan. CiU mantuvo una postura pactista y ahora nos cierran las puertas en las narices.

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