Mejorar la seguridad, dinamizar la economía menorquina y evitar destrozos territoriales. Estos son los objetivos de las alegaciones que el GOB ha presentado al proyecto de intervención en el tramo Maó-Alaior de la carretera general, tal y como ha informado en un comunicado de prensa.
La entidad ecologista considera que "hay otras maneras demostradas de intervenir en términos de seguridad, que ofrecerían unos resultados mucho mejores para Menorca, porque permitirían actuar sobre más puntos de la red viaria y lo podrían hacer empresas menorquinas".
Después de analizar el proyecto expuesto en el Consell insular, desde el GOB se hace hincapié en "la falta de justificación de obras de tanta envergadura como las cuatro rotondas soterradas" entre Maó y Alaior, que a su juicio suponen "un coste económico enorme y un desastre territorial innecesario". Por otra parte, recuerdan que "a un proyecto de este estilo (de alrededor 11 millones de euros) solo pueden acceder las grandes constructoras de siempre, que llevan maquinaria y trabajadores de fuera".
Es por ello que afirman que si realmente se quieren aprovechar los recursos económicos del convenio con el Ministerio de Fomento, "hay una larga lista de cosas que se podrían hacer de una manera más proporcionada". El GOB ha recopilado estas pasadas semanas una serie de propuestas que ha incorporado dentro del documento de alegaciones. Se inclinan también por mejorar algunos aspectos de visibilidad y descongestión, "pero usando sistemas más modestos, que se hayan demostrado adecuados".
Igualmente proponen abordar los giros a la izquierda con medias rotondas situadas en puntos con suficiente visibilidad, al estilo de la que existe en el cruce de Talatí. Dicho sistema se combinaría, según avanzan, con la ampliación de arcenes, que ayuden a canalizar los vehículos especialmente lentos, "que son uno de los principales motivos de circulación poco fluida en los momentos en que la carretera es muy usada".
Por otra parte mantienen que los arcenes pueden servir también como carriles de desaceleración para aquellos vehículos que deben desviarse hacia algún acceso situado en el mismo lateral, o de aceleración cuando realizan la maniobra contraria.
Los ecologistas discrepan en lo referente a los terceros carriles añadidos para vehículos lentos que el proyecto incorpora. "El propio documento reconoce que tales carriles no cumplen la pendiente mínima recomendada del 5 por ciento (incluso hay uno que tiene un trozo cuesta abajo), con lo cual se podría estar introduciendo más peligro que no seguridad", explican.
Considerando que tales medidas son mucho más económicas que las presupuestadas en el proyecto oficial, desde el GOB proponen cosas como intervenir de manera prioritaria en puntos conflictivos como la entrada en la carretera de Torre-solí o a la gasolinera de Es Mercadal, así como mejorar algunos puntos de incorporación a la carretera general.
Pero también se incluyen propuestas como la restitución paisajística de algunas vías levantando "enderrossalls" (26 en un tramo del camino d'en Kane y 74 en el acceso a las playas vírgenes del sur de Ciutadella), la incorporación de algunas vías no motorizadas (para ir a Sa Mesquida y conectar el Camí de Cavalls, de Ciutadella a Cala en Blanes y de Ferreries a Cala Galdana) o la recuperación de caminos públicos estratégicos (el Camí d'en Kane para llegar a Santa Águeda y el Camí de Llumenes para unir itinerarios).