Más de diez mil personas según los sindicatos, y entre 7.000 y 7.500 según la Policía Local, salieron ayer a la calle en Maó para decir basta a las políticas de recortes de los gobiernos europeo, central y autonómico y secundar, si no pudieron hacer huelga -de resultado desigual según los sectores público o privado-, al menos dejar claro su hartazgo y participar en la mayor movilización sindical y laboral que se recuerda en la historia democrática de Menorca. Más allá del habitual baile de cifras, según las faciliten los convocantes o las fuerzas de seguridad, anoche la marea humana que salió de la Explanada de Maó hizo que la Plaza Miranda se quedara pequeña y que los últimos grupos de manifestantes se arremolinaran en la calle de acceso y en la Plaza del Príncipe, ya que no quedaba espacio para ellos.
Parados; empleados públicos y de la empresa privada unidos por los recortes salariales, la precariedad y la incertidumbre laboral; hipotecados; estudiantes; pensionistas. Ayer no hubo diferencias de edad. El paro y los sucesivos ajustes han dado motivos para que muchas personas se unan a una movilización que hasta ahora les era ajena.