Los que mejor recuerdan la historia reciente de Ciutadella aseguran que la manifestación de ayer en la ciudad puede calificarse, sin riesgo de exagerar, como histórica. Unas 2.500 personas se lanzaron a la calle para protestar contra los recortes impuestos por el Gobierno de Mariano Rajoy, en el que fue el acto central de la huelga general en la ciudad de Poniente.
Los ciutadellencs recuerdan dos manifestaciones con mayor número de manifestantes. La del año 1987 en repulsa por tres asesinatos, y la del 1989 en contra de la urbanización de Macarella. Después, en el ranking de manifestaciones multitudinarias, vendría la de ayer, que comenzó en la Plaça de Ses Palmeres y acabó en la Plaça de La Catedral.
Un síntoma evidente del éxito de la convocatoria se pudo ver en la Contramurada. En las últimas protestas, los manifestantes circulaban por un único carril de los dos que dispone la avenida. Ayer, se tuvieron que habilitar los dos. Al frente de la marcha se podían ver dos pancartas. La de CCOO, UGT y STEI-i decía "Nos dejan sin futuro. Hay culpables, hay soluciones". La de la CGT apostaba por un "Por el reparto, no hay vuelta atrás". La marcha, de todos modos, transcurrió de forma unitaria, sin incidentes, y con proclamas pidiendo la dimisión del Gobierno de Rajoy y la implicación de la gente en la protesta.
Durante el recorrido, se pudieron ver algunas tiendas (pocas) cerradas, alguna de ellas dejando claro que habían dejado el trabajo para unirse a la protesta. También se pegaron algunas pegatinas en puertas de comercios y, sobre todo, entidades bancarias.
Ya en la Plaça de la Catedral, los organizadores de la manifestación se felicitaron por el éxito de convocatoria, y desde los diferentes sindicatos se criticó la política económica de Rajoy, a quien pidieron que "si no sabe gobernar por el pueblo, que dimita". Hubo referencias también al Ayuntamiento de Ciutadella y al Consell, y sobre todo, la convicción de que "saldremos a la calle las veces que hagan falta para exigir que se convoque un referéndum en el que los ciudadanos podamos decidir sobre la política que aplica el PP".
La anécdota de los parlamentos la protagonizó una señora, quien cogió el micrófono para relatar su experiencia personal con los bancos tras ser afectada por la estafa de las opciones preferentes. Su intervención fue de las más aplaudidas de una jornada que todos los sindicatos calificaron como histórica.