En el Colegio Pere Casasnovas de Ciutadella, todos los profesores -excepto los de servicios mínimos- secundaron la huelga general. Lo mismo pasó en otros dos centros de Ciutadella, en el de Es Migjorn Gran o el de Sant Lluís.
Es el síntoma de que la educación fue el sector en el que más se notó ayer el paro. De hecho, el Govern balear cifró ayer en un 48,75 por ciento el seguimiento de la huelga entre los docentes menorquines, una cifra que los sindicatos elevan hasta el 80 por ciento en el caso de los colegios e institutos públicos, pero que reducen hasta un 25 por ciento en el caso de los centros concertados y en un 20 por cien en las 'escoletes'.
Los pocos alumnos que ayer acudieron a las aulas, especialmente en los cursos de tercero y cuarto de ESO y Bachillerato, no avanzaron temario, y se dedicaron a hacer "lo que podemos", comentaba ayer el director de un centro. En los colegios de Educación Infantil y Primaria tampoco se avanzó mucho ayer, y los alumnos vivieron una jornada diferente, incluso para algunos mejor que la rutinaria porque las horas de patio, cuando el tiempo lo permitía, superaban a las de aula. Los padres, en muchos casos, optaron por dejar en casa a sus hijos ante las advertencias por parte de los mismos centros al respecto.
No obstante, la situación fue muy diferente en los centros públicos que en los concertados. El sindicato STEI-i admite que en este segundo caso, la incidencia de la huelga rondó el 25 por ciento, tres veces menos que en la educación pública. Incluso el porcentaje fue menor en las 'escoletes', donde el paro fue secundado por el 20 por ciento de las maestras. En este caso, algunos centros habían repartido circulares entre los padres expresando su apoyo a la protesta pero alegando que no podían dejar su puesto de trabajo por las consecuencias económicas que esto suponía.
La responsable del STEI-i, Maria Camps, admite que "esperábamos un mayor seguimiento entre los centros concertados y las 'escoletes', porque los recortes nos afectan a todos". Sobre los argumentos económicos, Camps defiende que "los avances se consiguen con la implicación de todos y rascando el bolsillo de todos. Estas personas que creen que no pueden perder el sueldo de un día quizás pierdan el sueldo de muchos meses si no salimos a luchar para defender nuestros derechos y la educación".