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Trayectoria vital/ J. Lluís Mangado Briones. Maó, año 1951. Dos hijos. Empleado prejubilado de Banca. Novelista, músico y autor

"El mundo de hoy no es el que hubiera diseñado, sigo apostando por la utopía"

El polifacético autor asegura que "Trocadero" no es un vodevil, sino una obra de teatro en la que los tres autores, Tòfol Mus, Dídac Monjo y él mismo, tienen "depositada" toda su ilusión

Lluís Mangado - Gemma Andreu

| Maó |

Hay personas que mantienen la apariencia de un chaval, parece que para ellos no pasan los años, cuando la realidad es otra, sin embargo en J. Lluís Mangado Briones lo que realmente sorprende es que no haya variado sus principios éticos o morales. Instalado en la utopía, sigue aferrado a unos planteamientos poco convencionales. Él continúa haciendo su camino en busca de un mundo solidario y mejor para todos, que reemplace, de una vez por todas, los esquemas capitalistas al uso.

Antes de entrar en el tajo, Lluís me apunta que hay conceptos que no se adecúan a su realidad. Por ejemplo, para él su padre fue músico, él solo es un "aprendiz"… queda aclarado, aunque la percepción ajena puede que no sea coincidente.

¿Currículum?
Empecé mis estudios en el colegio nacional de la calle Sant Joan y luego cursé el Bachillerato en el instituto, en el 'Ramis i Ramis', pero en el nuevo edificio, y una vez finalizado este periplo marché a Madrid para estudiar Telecomunicaciones, pero solo estuve un año; no me adapté.

Y regresó a casa, ¿cuál fue su primer trabajo?

Primero y único, ya que me he mantenido fiel a la banca y por un periodo de tiempo muy considerable, de hecho he cotizado a la Seguridad Social más de 40 años, toda una vida.

Iniciaste esta andadura en el Central, ¿cierto?
Del todo, pero viví o padecí dos fusiones, primero con el Hispano-Americano y luego con el Santander; una experiencia a sumar en mi expediente laboral.

Actualmente, y una vez prejubilado, ¿qué 'fas'?

Además de las labores domésticas estoy inmerso en diversas cosas, compongo música, escribo novelas, teatro y algunas cosas más. Por simplificar te diré que estoy involucrado de una manera bastante directa en el mundo de la cultura.

Y con referencia al basket, ¿sigues ligado a dicho deporte?
Cuando dejé de jugar en el Alcázar, abandoné el basket por completo, aunque debo reconocer que el baloncesto y el Alcázar fueron dos factores fundamentales en mi vida.
Todos nosotros, los amigos que formábamos el grupo, nos sentíamos felices porque éramos considerados como el equipo de la calle, 'fèiem vida de carrer' y todo el mundo sabía quienes éramos y qué representábamos. Pero llegó la hora de colgar los bártulos deportivos y dije basta.

Sin embargo posteriormente ejerció de entrenador.
Sí, al cabo de unos años vinieron a buscarme para cubrir una plaza de entrenador, eran otros tiempos y otra situación. Dije que sí entre otras cosas porque mi hijo jugaba y entendí que debía echar una mano a mi club de siempre.

Como entrenador, ¿qué pretendía trasmitir?
Simplemente enseñar a jugar al baloncesto. Tuve suerte porque era un grupo de excelentes jugadores que salían a ganar pero jugando para disfrutar … nunca quise que el equipo saliera a ofender al rival, incluso en determinados momentos les frenaba, hasta que comprendí que iba contracorriente, que debía dejarles jugar a su aire.

¿Cómo entiende el deporte?
Como una actividad que practicas porque te gusta, sin buscar otros motivos, jugar por placer, porque te satisface. Nosotros, tú lo recordarás, creamos la Escuela de básquet del CD Alcázar y todos trabajábamos sin cobrar absolutamente nada, lo hacíamos por puro placer. Hoy este concepto del deporte está en franca recesión, ahora imperan otros atractivos que no coinciden con mi planteamiento.

¿Lo sigue?
No demasiado, el de aquí no; algún partido de la ACB y para de contar. Sin embargo sigo el fútbol a través de la televisión, prácticamente veo todos los partidos del Barça, porque sigo siendo culé.

En usted hay una vocación que calificaré, sin serlo del todo, de oculta, ¿novelista?
Pues sí, de hecho no dispongo de tiempo suficiente para escribir todo cuanto siento y deseo expresar; en realidad escribo preferentemente para mí y haciéndolo bajo esta pauta disfruto muchísimo.

Entiendo perfectamente su planteamiento. Lo de escribir es algo que compartimos, pero a pesar de ello lleva ya dos novelas publicadas, ¿cuáles son sus títulos?
"La festa de sa lluna verda" y "Ópera prima", aunque tengo otras tres, ya acabadas, pero sin publicar; además estoy metido en otras dos 'començades i molt endavant', como puede ver no paro, al contrario, trabajo casi a destajo.

Su diario quehacer cubre diversas áreas, novela, teatro y música, ¿en cual de ellas se siente más cómodo?
En lo que estoy haciendo en cada momento. Sin embargo afinaré un poco más diciéndo que la música, por lo que representa para mí, es una parcela especial, pero diré de nuevo que me siento a gusto y feliz en aquello que estoy haciendo en cada momento.

Aquí en casa, en Maó, las cosas trascienden con suma rapidez, de ahí mi siguiente pregunta, "Trocadero", ¿qué es?
Una obra de teatro, con un 'leit motiv' que es la música, dicho lo cual quiero destacar que no se trata de un vodevil sino de una obra teatral perfectamente estructurada y con siete u ocho números musicales, fruto todo ello del trabajo realizado por el 'triunvirato' formado por Tòfol Mus Reynés, Dídac Monjo y yo mismo … un trabajo en equipo cuyo resultado esperamos sea del agrado de todos.

¿Alegoría sobre el desaparecido Trocadero?

Algo de alegórico tiene pero sobre todo es una obra de teatro, es un tema nuestro, de los tres autores, no es un retrato retrospectivo aunque hemos intentado recrear el ambiente del Trocadero.

¿Cuántos intérpretes?

Siete, Adriana Aguilar, que además de ser la directora tiene un papel; Arturo Bagur, que no solo actúa como pianista sino que también desempeña un rol; Sergí Marí, Nito Mercadal, Loles Pérez, Gemma Moll y Jordi Pérez.

Adriana Aguilar, con "Trocadero" debuta como directora, ¿es así?
Lo es, puede decirse que es una alumna aventajada de Pitus Fernández, un hombre de teatro como hay pocos, y que con esta obra debuta en solitario, ya que con anterioridad había ejercido de ayudante de dirección con el ya citado Pitus Fernández.

¿Cuál es el ambiente de 'precampaña'?
Excelente, tanto la directora como todo el elenco están entusiasmados con la obra y han sabido captar la idea. Además sí, Adriana Aguilar nos está sorprendiendo gratamente día a día, y puedo afirmar lo mismo de todos los intérpretes.

¿Para cuándo el debut?
Posiblemente entre Reyes y Sant Antoni. Estrenaremos en el teatro del Orfeón Mahonés el fin de semana antes de la Diada del Poble de Menorca.

"Trocadero", escrita 'a seis manos', no será su debut en el mundo teatral, porque ha habido un antecedente.
Sí, antes ha habido y en colaboración con Tòfol Mus, una primera obra, "Es llamgandari", que presentamos el año pasado.

También tiene o tienen otra obra ya estrenada, aunque esta es musical.
Sí, "Odiseus", una cantata que me llenó de satisfacción. Esta obra la compartimos Tòfol y yo, ya que él es el autor de las letras, el resto es mi aportación.

Obras estas, las ya conocidas y las por estrenar, que sigue, como me ha dicho, retocando, mejorando o ampliándolas.
Sí, porque para mí no son obras acabadas del todo. Para mí todas ellas admiten variaciones aunque sobre el mismo tema, porque son obras vivas.

Canciones, novelas, teatro que conforman un amplio abanico pero, al margen de todo ello, en usted hay un hombre inquieto y preocupado con la realidad del momento. El mundo actual, el que vivimos, ¿es el que deseaba?
No, en absoluto, hasta el extremo de que me sienta profundamente decepcionado. Yo deseaba un mundo más solidario y compartido y cada día compruebo que las diferencias entre los unos y los otros se van acentuando, con las graves consecuencias que ello representa.

Situación difícil de solucionar, porque …
Quienes fallan no son los políticos en sí, ni Mariano Rajoy, ni la canciller alemana Ángela Merkel son los únicos responsables, porque lo que falla es el sistema capitalista imperante que "fa aigua pels quatre costats" lo cual conforma un caos total.

Se habla mucho de crisis económica, pero ¿no crees que habría que hablar también de la crisis de valores?
Desgraciadamente ambas están presentes, tanto la crisis de valores como la económica y lo más lamentable es que ésta última tiene solución pero no existe voluntad para atajarla. Fíjate, hace unos días leí que había 21 billones de dólares en paraísos fiscales y que solo con la mitad se podrían resolver todos los problemas que aquejan a la humanidad.

Inimaginable pero cierto, pero ¿qué solución propone?
Que todos los países declarasen el boicot a los paraísos fiscales y les dejaran 'pasturar', que se comieran estos billones, aunque posiblemente a las multinacionales esta solución no les gustaría y su presión sería brutal.

En los albores de la democracia, Agustín Estela, secretario del Ayuntamiento de Maó, nos decía que las leyes "están para ser cumplidas", y que si éstas no responden a las necesidades actuales, los políticos tienen en sus manos el poder de adaptarlas, rectificarlas o legislar otras nuevas. ¿Sería partidario de un reajuste en base a la demanda social existente?
Si, pero los políticos no legislarán ninguna ley que les prive de sus privilegios. Hoy el descontento es cada vez mayor, pero parece que nadie es capaz de reaccionar y afrontar un cambio a mejor, con el que el compartir y la solidaridad ocupen el primer lugar en la escala de valores.

A la juventud, a quienes llegarán detrás de nosotros, ¿qué futuro les aguarda?
Me da vergüenza el pensarlo porque les dejamos un mundo en total bancarrota. Lo que no entiendo es que esta juventud no se rebele y empiece a exigir responsabilidades.

Cada uno de nosotros, al menos los que pensamos, tenemos nuestra propia estrategia para evitar el derrumbe personal. ¿Cuáles son sus 'persianas' para seguir viviendo y no morir en el intento?
Apoyarme en aquellas personas que amo, y al propio tiempo, intentar vivir bien conmigo mismo y mi entorno.

Fundamentalmente, ¿qué nos falta?
Yo preguntaría que nos sobra y mi respuesta sería esta: egoísmo, que hace que cada uno de nosotros quiera tener más que el otro, incluso los hay que desean "tenir el peu sobre el coll de l'altre".

Cometimos un error garrafal, el de creer que el tener, no el ser, nos proporcionaría la felicidad.
Si, veo y compruebo que estamos a ras de suelo, con pocas alternativas y muchas dudas.
De vuelta con sus 'cosas', me refiero a sus aficiones, profundizaré en lo comentado.

Después de "Trocadero" y del largo etcétera, ¿tiene 'in mente' algún proyecto?
Otra puesta en escena, por supuesto con Tòfol y Dídac. Se trata de un concierto de 15 ó 16 temas pero con una temática común; un proyecto que pretendíamos presentar a finales de diciembre pero la enfermedad de Diego Monjo ha hecho que pospusiéramos su estreno para la Semana Santa de 2013.

Me ha dicho que no está parado, algo que estoy comprobando …
Es del todo cierto porque entiendo que una obra nunca está terminada, al contrario, está siempre viva, lo que me permite corregirla, modificarla e incluso ampliarla; de "Odiseus" tengo cuatro nuevos temas para incluir en ella y de esta forma ampliarla un poco más.

A estas alturas de la entrevista, que entiendo es una conversación lo más profunda posible, en mi cerebro anda una neurona incontrolada, ¿en qué cree?
En la 'gent del meu costat'… lo que me permite vivir el día a día sin excesivos problemas y en un tono no muy crispado.

Imagínese que le regalan un boleto del "Euromillones" con un premio de los que producen vértigo, ¿qué haría?
'Faria match'… entiéndame, sería consecuente con mis ideas y con mi forma de ser.

Me lo imagino. ¿Algún día saltará a la arena política?
No, sin embargo no diré nunca jamás porque el futuro es muy incierto o escrito sobre la arena.

Los partidos políticos gozan actualmente de muy mala prensa. ¿En qué han fallado? ¿qué les falta?
Ser más receptivos a las demandas de la ciudadanía, captar las necesidades urgentes y actuar por y para todos … añadiré que les sobran las subvenciones que gratuitamente perciben.

No creo que haya perdido la ilusión, pero debo preguntárselo, ¿la ha perdido?
En absoluto, mantengo viva la ilusión por vivir y hacer cosas; además considero que si pierdes la ilusión no pintas nada y yo quiero seguir viviendo y siendo útil.

A estas alturas, en plena forma física y mental, ¿que le pide a la vida?

Salud, algo imprescindible, y poder seguir donde estoy y haciendo cuanto hago.
Ofreciendo su música, sus novelas o sus obras teatrales.

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