Ajeno a predicciones y al azar del calendario, José Antonio Garriga Roselló, murió a las doce del mediodía del día 12 del mes 12 del año 12. En calma, a los 68 años de edad, víctima de esa enfermedad que cada vez habita con más normalidad entre nosotros, al calor de la familia y del excelente equipo médico que le ha atendido, puso fin a una trayectoria vital que deja una estela de fe en el esfuerzo, en el trabajo y en la empresa; de confianza en la participación política como instrumento para mejorar las condiciones de la vida social y de convicción en unos principios ideológicos basados en la moderación, el sentido común y el acuerdo.
Forneller de nacimiento y de militancia, era el mayor de entre los hermanos varones de la familia de Es Pla, restaurante del que fue socio fundador junto con su padre y sus hermanos. A este negocio entregó la mayor parte de su vida profesional y a través del mismo alcanzó una gran proyección popular merced a su talento natural, la formación, su entrega y sus dotes para las relaciones con una clientela que alcanza desde el rey don Juan Carlos, a quien sirvió en más de una ocasión, hasta los más variopintos personajes que han pasado por uno los establecimientos más conocidos dentro y fuera de la Isla. Se interesó en la cría en cautividad de crustáceos como la langosta y el bogavante, una experiencia emprendedora frustrada por la escasez de apoyo científico y financiero.
Llegada la democracia, fue el primer alcalde pedáneo de Fornells al haber concurrido a las primeras elecciones municipales de ese periodo en la lista de UCD que encabezó en aquel lejano 1979 Fermín Gomila. Era su primera irrupción en la política local, de la que ha formado parte durante varios mandatos, siempre desde posiciones centristas, unas veces en el gobierno y otras en la oposición. En 1987 obtuvo acta de concejal por Unió Progresista de Menorca, el proyecto de efímera duración que encabezó Carlos Ricci, y desde primera fila o desde posiciones de apoyo ha participado en opciones del mismo perfil ideológico hasta sus últimos años.
La defensa de los intereses de Fornells ha estado siempre en el centro de sus objetivos, algunos de ellos como el paseo marítimo, la rehabilitación de la torre o el surtidor de combustible se han visto satisfechos. Otros, como un pequeño polígono de servicios para industrias náuticas y mecánicas, no han logrado cristalizar.
Fornells ha perdido un hijo fiel y carismático, uno de sus personajes más influyentes y activos del último cuarto del siglo XX. Descanse en paz.