Cuatro internos del centro penitenciario de Menorca han iniciado una huelga de hambre en protesta por los malos tratos de los que dicen ser víctimas por parte de algunos funcionarios, según han denunciado al "Menorca" algunos familiares.
Se da la circunstancia además, de que una treintena de reclusos de los cerca de 70 que actualmente alberga la prisión de la carretera de Sant Lluís han firmado un escrito en el que denuncian públicamente "palizas", "amenazas", "actitudes vejatorias", "partes absurdos disciplinarios" y "maltrato psicológico" por parte de algunos funcionarios, y añaden que estos hechos están "respaldados por la dirección del centro con total impunidad".
Fuentes oficiales niegan, en cambio, "rotundamente" que el motivo de la denuncia sea cierto, aunque no han explicado las causas de esta huelga de hambre que suma ya su tercer día, según informan los familiares.
Las mismas fuentes aseguran que el centro está sometido a la estricta acción fiscalizadora del juez de vigilancia penitenciaria que vela por los derechos de los internos y afirman no tener constancia de la presentación de ninguna denuncia al respecto.
No obstante, varios familiares de internos han hecho llegar al "Menorca" el escrito de denuncia firmado por una treintenta de internos pertenecientes al módulo dos de la prisión, así como una denuncia interpuesta en la comisaría de Maó por la mujer de un preso en la que da cuenta de las lesiones sufridas por su pareja el pasado mes de septiembre a manos de algunos funcionarios de prisiones.
En el escrito de denuncia, los internos afirman que "sin motivos justificados" los internos son conducidos al "rastrillo del opice", donde no existen cámaras y donde se propinan "palizas, humillaciones y amenazas". Precisan al respecto que dichas acciones suceden siempre individualmente por parte del interno "para que así nunca se pueda demostrar al carecer de testigos y cámaras", precisan.
En el escrito denuncian asimismo que tras estas "palizas", a los reclusos no se les permite "en ningún momento" pasar reconocimiento médico "por miedo a las represalias que pudieran haber por parte de los internos".
Los firmantes denuncian que estos abusos físicos han sido notificados "sin ninguna respuesta" ante la dirección del centro penitenciario "encubriendo en todo momento dichas acciones por parte de los funcionarios del centro".
Los presos afirman además que sufren "persecuciones constantes" por parte de algunos funcionarios creando "nerviosismo, tensión y malestar" en el centro.
"Todos estos hechos delatan y desenmascaran la imagen que quieren dar hacia la sociedad de presuntas buenas intenciones de reinserción social y ayuda hacia el interno", indica el escrito.