El presunto pirómano acusado de la oleada de los incendios forestales que asolaron Menorca y Mallorca el pasado verano reconoció ayer ante el juez que disfrutaba incendiando el bosque. Según informó en su edición de ayer "Diario Mallorca", Francisco Javier M.M. aseguró que le gustaba encender el mechero para iniciar los fuegos pero que no quería causar ningún daño. El detenido confesó que sentía la necesidad de quemar el monte. El pirómano, que tuvo en jaque a todas las autoridades debido a la oleada de fuegos en Mallorca y Menorca, dijo sentirse arrepentido por lo ocurrido y achacó sus actos a un trastorno mental.
Según publicó "Diario cd Mallorca", el detenido tomaba pastillas cuando se encontraba mal y no podía explicarse su comportamiento. El hombre indicó que también leía la prensa para conocer el alcance de los fuegos y destacó que no quería causar daño a nadie y que sus actos no fueron premeditados y sí fruto de un impulso.
Es el autor confeso de los cuatro incendios del pasado verano en Menorca, que arrasaron 32 hectáreas, y autor de otros nueve fuegos que entre julio y agosto quemaron 73 hectáreas en Mallorca. Desde entonces el acusado mallorquín, natural de Capdepera, sigue en prisión por orden del juez, que decretó en su día su ingreso provisional en el centro penitenciario, sin fianza, como medida cautelar y ante el riesgo de reincidencia.
El 10 de agostó causó los dos incendios en s'Enclusa y Ets Alocs y el día 14 repitió estrategia en Son Parc y sa Costa Nova, buscando zonas cerca de urbanizaciones y carreteras.