"Permitirá a los visitantes interactuar y situar en un mapa cualquiera los lugares y establecimientos que ofrecen nuestras islas a los turistas". Con estas palabras presentaba la Conselleria de Turismo y Deportes del Govern el proyecto 'Mi escaparate' con el que Balears acudía a la Feria Internacional de Turismo (FITUR) a finales del mes pasado. Se desmarcaba así, con "un formato novedoso, práctico y funcional", de otros destinos turísticos y permitía a potenciales turistas "conocer de antemano y antes de viajar al destino todos los recursos turísticos de que disponen las Illes Balears". Nada más lejos de la realidad, al menos en lo que atañe a Menorca.
Entre los más de 1.217 recursos y 1.400 hoteles registrados en esta "oficina turística virtual", a los que se podía acceder a través de seis pantallas digitales interactivas, no se encontraban establecimientos emblemáticos y de reconocido prestigio en Menorca como el Port Mahón, el Port Ciutadella, el Agamenón de Es Castell, el Santo Tomás (tampoco los apartamentos del mismo nombre ni los Mestral Llebeig) o el Playa Azul de Cala en Porter. Tampoco había información alguna del Hotel S'Algar, el San Luis, La Quinta de la urbanización Son Xoriguer (junto con el Insotel de Punta Prima, el único que tiene la distinción 'cinco estrellas' en Menorca) y los complejos de apartamentos Vista Faro, Los Naranjos, Rafalet y Las Palmeras, los tres en la urbanización de S'Algar. El listado de ausencias se completa con el Hotel Audax de Cala Galdana, el Capri de Maó y el Carlos III de Es Castell.
¿Y cuál es el nexo de unión entre todos ellos? Que ninguno de tantos es propiedad o es explotado por miembros de la Asociación Hotelera de Menorca (ASHOME). Dicho de otro modo, todos estos establecimientos hoteleros, que juntos suman más de 3.000 camas, pertenecen a los tres empresarios menorquines que en su día protagonizaron una sonora salida de ASHOME: Francisco Mercadal, propietario de Set Hotels, al que pertenece el primer grupo; Carlos Sintes, propietario de S'Algar Hotels, que gestiona el segundo grupo; y José Guillermo Díaz Montañés, que se encuentra al frente de Artiem Fresh People Hotels y dirige el tercer grupo.
Ausencia difícil de explicar cuando el propio Govern cifraba en más de 1.400 los hoteles registrados en el nuevo instrumento de promoción turística de Balears. Preguntada a este respecto, la consellera de Turismo de Menorca, Salomé Cabrera, confirmó la no inclusión de algunos hoteles en esta oficina turística virtual y lo atribuyó bien a error en la fuente de información, bien a problemas tecnológicos. En cualquier caso, puntualizó que el trabajo lo había realizado la Agencia de Turismo de Balears, dependiente del Govern, y que el Consell ya había exigido una rectificación inmediata.
"Evidentemente, no podemos consentir que no estén todos los establecimientos. Soy la primera que tiene que defender los intereses de los empresarios de Menorca", arguyó la consellera que, por otra parte, informó que en la misma feria algunos afectados ya pudieron enmendar los errores. Sea como fuere, Cabrera confirmó ayer que el nuevo material promocional se presentará en marzo en la ITB de Berlín con la información completa.
Así pues, atendiendo a estas explicaciones, la ausencia podría haberse debido a un hecho fortuito. Es decir, que el directorio de alojamientos integrado en 'Mi escaparate' habiera surgido directamente de la base de datos de ASHOME que, obviamente, no recoge aquellos establecimientos de empresas no adheridas. Vagas explicaciones para los afectados que, por otro lado, prefieren no reavivar el conflicto abierto con la dirección de la asociación hotelera hace dos años, cuando decidieron darse de baja por considerar que se les había ocultado información sobre una acción promocional impulsada por el Consell.
Pero el descontento, y también desconcierto, de los empresarios menorquines no se limita a este hecho. Según fuentes consultadas, en ningún momento éstos, ni otros, pudieron depositar información promocional de sus respectivos establecimientos en el mostrador de Menorca durante los días que la feria estuvo abierta al público profesional. La explicación reside en el planteamiento pionero dado por el Ejecutivo autonómico al estand de Balears, según el cual los dispositivos tecnológicos han acabado sustituyendo cualquier tipo de material impreso.