Los residuos sólidos que generamos los menorquines acaban en el vertedero de Milà. Allí son tratados, y en la medida de lo posible se utilizan para fabricar compost. Esta es la vía que se sigue actualmente, pero no es la única que contempla el Plan Director de Residuos, vigente desde el año 2006. En este documento ya se hablaba de otra opción que ha ocupado muchos titulares de prensa, y es el envío de los residuos a Mallorca para que sean incinerados en la planta de Son Reus.
El conseller de Medio Ambiente de Menorca, Fernando Villalonga, y su homóloga en el Consell de Mallorca, Catalina Soler, admiten que durante este mandato se han mantenido conversaciones en este sentido, aunque los dos añaden que han sido contactos muy informales y que no han derivado en nada concreto. El principal obstáculo ahora mismo es el coste económico de esta operación. "Ahora mismo no es rentable que los residuos de Menorca sean quemados en Mallorca", asegura Soler, quien matiza que si bien Son Reus recibe residuos de otros puntos de fuera de Mallorca, se trata de una materia diferente a la que podría llegar desde nuestra isla.
El Consell tiene intención de revisar el Plan Director de Residuos vigente, que ya contempla la opción de enviar residuos a Mallorca. Sobre la conveniencia o no de mantener esta vía, Fernando Villalonga apunta que "sería un punto a contemplar, pero habría que analizar muy bien sus costes". Así, el conseller apunta que el sistema actual de compostaje permite unos costes razonables para los usuarios "y el resultado no ha sido malo", añade. Ahora bien, recuerda también que si se optara por enviar los residuos a Mallorca seguramente no sería necesario disponer de un vertedero como el actual, y sería suficiente con una planta de transferencia.
De todos modos, Villalonga concluye que "todo está por ver", porque además de la revisión del Plan Director Sectorial de Residuos, se debe licitar en breve la gestión de la planta de residuos sólidos urbanos, y entonces será el momento de decidir también qué se hace con los residuos generados por los menorquines, y si se introducen nuevas tecnologías diferente a la actual del compostaje. Además de mantener el sistema vigente, se podría optar también por el aprovechamiento de los residuos para generar algún tipo de combustible, o incluso se podría optar por la incineración.
En este sentido, el conseller apunta que hasta ahora nadie ha querido plantear la posibilidad de instalar una planta incineradora en Menorca, porque no se generan suficientes residuos como para amortizar la inversión necesaria. Ahora bien, una hipotética instalación de una incineradora -algo que no está en principio sobre la mesa- requeriría de unas instalaciones que garantizaran la emisión de una contaminación mínima a la atmósfera. Además, el coste debería ser asumible, completa el conseller.
Sea como sea, todo parece estar en el aire, también el envío de residuos a Mallorca. Para Fernando Villalonga, el futuro de los residuos "pasa por buscar el equilibrio entre el máximo respeto al medio ambiente y un sistema que nos permita tratar los residuos con un coste económicamente asumible".