Rechazadas las 456 alegaciones presentadas al cambio de topónimo del municipio de Maó, ahora la última palabra la tiene el Consell insular, institución que deberá aprobar definitivamente la fórmula bilingüe Maó-Mahón. La sala de plenos del Ayuntamiento volvió a llenarse ayer de público para asistir a un debate en el que no hubo nuevas aportaciones por parte de los grupos políticos. Ni el dragado de Maó ni desde luego las cuentas públicas de la Corporación generan la expectación que la modificación del nombre oficial de la ciudad -por más que se supiera de antemano el resultado de la votación-, volvió a levantar anoche.
Y sin sorpresas, el PP hizo valer su mayoría absoluta para tumbar la totalidad de las alegaciones presentadas, 260 procedentes del municipio de Maó y el resto de otros lugares, poblaciones de la Isla y de la Península, muchas de Catalunya, según especificó el concejal de Educación y conseller balear de Administraciones Públicas, Simón Gornés. Mientras que el portavoz socialista, Vicenç Tur, acusó al PP de no tener en cuenta criterios científicos y de perpetrar un ataque contra la lengua y la cultura catalanas.
Además Tur denunció el "uso fraudulento" que el Ayuntamiento ha hecho en folletos y redes sociales del topónimo bilingüe cuando aún no se ha aprobado de forma definitiva.
Pero lo que para los socialistas es una imposición y una demostración de que "no quieren a esta cultura, ni a esta tierra y su lengua", para los 'populares' solo refleja, repitieron una vez más en el debate, el uso natural de ambos idiomas y del nombre de la ciudad por parte de sus habitantes. Una fórmula que, insistió Gornés, no supone la supresión del nombre en catalán Maó, sino el añadido del topónimo en castellano, lengua que, recordó, también es oficial en las Islas. El expediente será ahora remitido al Consell para su aprobación definitiva, previo el asesoramiento de la Universitat de les Illes Balears (UIB).
También se generó la polémica en torno a la alegación presentada por la UIB, ya que Tur reprochó al PP que no se admitiera por presentarse fuera de plazo. "No se ha dignado a leer el informe", recriminó el socialista a Gornés, quien respondió con críticas hacia la universidad. En su opinión, la alegación de la UIB es "poco rigurosa con la realidad de hoy día" además de "apartar" a una parte de la población al dar carta de oficialidad solo a la forma Maó, frente a la de Mahón.
El informe de la UIB, continuó Gornés, "es poco respetuoso con la Corporación" ya que, añadió, recoge informes antiguos, elaborados en octubre y noviembre de 2011 "han hecho un cortar y copiar, les importaba tanto...ni siquiera han leído la propuesta aprobada por este pleno".
La votación ya estaba perdida para los socialistas de antemano, pero aún así Tur insistió en que la única forma legal es Maó y manifestó a Gornés su satisfacción por no haber consensuado una propuesta. "No sabe lo contento que estoy de no haber llegado a un acuerdo", afirmó, "porque su propuesta estaba envenenada".