El sector de los "rent a car" de Balears parece resignado. Sus muestras de rechazo al impuesto verde que está tramitando el Govern balear han sido hasta la fecha en balde y los empresarios ya dan por prácticamente hecha la aprobación de la polémica tasa. Todo apunta a que será el próximo 23 de abril. A esa conclusión se ha llegado después de que el pasado miércoles la Mesa del Turismo se reuniera con José Ramón Bauzá, encuentro durante el que el presidente del Ejecutivo defendió una vez más la necesidad de la actuación para las arcas de la comunidad autónoma.
Cabe recordar que la semana pasada el gobierno Bauzá rechazó en el Parlament las enmiendas a la totalidad de la oposición referentes al impuesto, que también afecta a los envases y a las superficies comerciales. Aún están pendientes de revisar las alegaciones del sector, aunque las posibilidades de que prosperen son casi nulas, tal y como reconocía ayer el presidente de la Agrupación Empresarial de Alquiler de Vehículos con y sin conductor (AEVAB), Ramón Reus, quien sin embargo avanzó que si el proyecto sale adelante acudirán al Tribunal Constitucional.
Cabe recordar que el impuesto sobre vehículos de alquiler que empleen combustibles convencionales lo pagarán quienes contraten el servicio en función de las emisiones de dióxido de carbono. Así, los que emitan más de 200 gramos por kilómetro tributarán 7,5 euros al día.
Reus augura un futuro muy negro para un sector cuya temporada turística es cada vez más corta. "120 días al año no son suficientes. Sin la desestacionalización no hay futuro", advierte.
Por su parte, desde la otra patronal del sector, la Asociación Balear de Alquiler de Vehículos con y sin conductor (BALEVAL), su presidente, el empresario menorquín Antoni Masferrer, también es pesimista al respecto. A su juicio, uno de los grandes problemas a los que se enfrentan ahora es explicar a los clientes el incremento de las tarifas, después de que muchos de ellos ya tengan reservados los alquileres antes de la aplicación del impuesto. A la postre, considera que se traducirá en una reducción del número de días de alquiler. En lo que se refiere al balance de la recién terminada Semana Santa, Masferrer confiesa que en el caso de Menorca con solamente el cuatro por ciento de la planta hotelera abierta, poco se podía esperar.
La sensación de incertidumbre también es compartida desde la Asociación Empresarial Menorquina de Alquiler sin Conductor, integrada en PIME. Su presidenta, Juana Capó, confiesa que el sector está "asustado" y recuerda que el impuesto llegará después de que todas las empresas de la Isla ya redujeran su facturación en 2012. Capó advierte que muchos negocios se han visto obligados a reducir el número de vehículos de su flota y a prescindir de algunos empleados.
De forma colateral, el controvertido impuesto también se ha dejado notar en los concesionarios de automóviles de la Isla. Y es que en los dos primeros meses del año no se ha matriculado ningún vehículo destinado al mercado de alquiler. Desde el sector ya se advierte que será muy difícil llegar a la cifra de los "rent a car" matriculados durante el año pasado en la Isla, que se sitúo en 1.122 vehículos.