En los últimos años se viene detectando en Balears una tendencia a la baja entre los turistas que optan por contratar paquetes turísticos, una tendencia a la que, sin embargo, ha sido ajena Menorca. Según los datos publicados por el Observatorio del Turismo del Govern de les Illes Balears, entre 2004 (último ejercicio del que se dispone de este dato) y 2012 la contratación de paquetes en el archipiélago cayó 16,7 puntos al pasar del 78,2 por ciento al 61,5 por ciento, suavizándose hasta caer solo dos décimas entre 2011 y 2012.
Este comportamiento viene condicionado por los números de Mallorca, que pasó de un año a otro del 64,2 al 63,6 por ciento, y de Eivissa y Formentera, con una variación negativa del 48,6 al 46,4 por ciento. En cambio, Menorca rompió con esta tendencia generalizada y, lejos de ver reducido el peso de los paquetes, registró un incremento de hasta 4,6 puntos, pasando del 68 por ciento de hace dos años al 72,6 por ciento del año pasado.
Muchos son los factores que entran en juego para explicar este comportamiento dispar. Uno de los más determinantes es, sin duda, el transporte aéreo. Para llegar a Mallorca o Eivissa los turistas disponen de mayores facilidades, ya sea en forma de conexiones, de frecuencias o de precios, lo que les anima a optar por comprar cada servicio y/o producto por separado. Los que eligen Menorca, en cambio, tienden a buscar los precios cerrados de los paquetes, que engloban vuelo y hotel aunque también pueden incluir como servicio opcional el alquiler de vehículos.
Algo que, además, va en sintonía con el hecho de que Menorca siga siendo un destino turístico eminentemente familiar. Y es que hoy día las familias ejercen un mayor control sobre el gasto, también sobre el derivado de sus vacaciones, lo que por otra parte también explica que en los últimos años la contratación del 'todo incluido' se haya disparado en la isla.
A estos factores hay que añadir, además, que el turismo británico, el más propenso a estas fórmulas vacacionales, sigue siendo el de mayor peso en Menorca, mientras que el nacional, el que menos uso hace de los paquetes, ha ido perdiendo volumen.
Alquiler de viviendas
Esta tendencia convive con otra muy marcada y que, en este caso, sí que sigue el mismo curso en todo el archipiélago: la preferencia creciente de los turistas por alojarse en alojamientos de alquiler. Según los datos recopilados por el Observatorio del Turismo de Balears, de 2011 a 2012 este porcentaje pasó del 8,6 al 12,4 por ciento (si nos remontamos al 2004 la variación es todavía más acusada ya que en aquel año solo el 4,7 por ciento optó por alquilar una vivienda para pasar sus vacaciones).
En el caso de Menorca el incremento ha sido incluso más acusado: en solo un año el alquiler de viviendas para uso turístico se disparó del 19 al 28,4 por ciento. Mallorca, Eivissa y Formentera han registrado un movimiento similar, aunque algo menos significativo. En el caso de Mallorca, donde este tipo de demanda es notablemente inferior al del resto de las islas, los turistas que en 2012 optaron por hospedarse en un alojamiento de alquiler representaron el 9,4 por ciento, 2,7 puntos más que en 2011. En las Pitiüses, donde esta fórmula tiene más peso que en Mallorca aunque sin llegar a los registros de Menorca, de 2011 a 2012 el incremento fue de casi seis puntos al pasar del 10,9 por ciento al 16,7 por ciento.
Evidentemente, esta creciente preferencia de los turistas por alojarse en viviendas tiene su obligada traslación en las reservas hoteleras. Y es que, de acuerdo con las cifras dadas a conocer por el Observatorio del Turismo, en el 2012 los visitantes que eligieron hospedarse en hoteles de Balears representaron el 69 por ciento del total cuando ocho años antes (último ejercicio del que se dispone de este dato) llegaron al 78 por ciento. En Menorca, el año pasado este porcentaje fue considerablemente más bajo ya que, tras caer cinco puntos y medio, apenas llegó al 57 por ciento.