"Se está intentando actuar lo más rápido posible para minimizar los perjuicios que se pudieran causar a todas las partes implicadas". Poco más avanzó ayer la fiscal de Medio Ambiente, Amparo González, sobre la investigación abierta a finales de marzo a resultas de la denuncia interpuesta por el GOB contra el proyecto aprobado por Autoridad Portuaria de Balears para dragar cerca de 200.000 metros cúbicos de la zona comprendida entre el Cós Nou y el muelle de pasajeros del puerto de Maó.
La fiscal eludió dar más detalles al respecto por tratarse de una investigación que sigue abierta, si bien reafirmó su compromiso de agilizar al máximo el proceso. Y es que de la decisión que acabe adoptando la Fiscalía de Balears dependerá que se pueda retomar de manera inmediata el dragado -cabe recordar que la adjudicación por dos millones de euros a la empresa Sacyr ya está resuelta- o, en cambio, que pueda postergarse hasta resolver todas las dudas de carácter medioambiental que haya podido generar.
El 'quid' de la cuestión está en determinar la carga contaminante de los lodos que se quieren extraer del puerto para asegurar la maniobrabilidad de los grandes buques, especialmente la de aquellos que superen los ocho metros de calado. A la vista de las dudas generadas, los resultados de la investigación en curso serán determinantes.
Batimetría
A la espera de conocer la resolución de la Fiscalía, Autoridad Portuaria ha confeccionado una nueva carta batimétrica de la zona afectada por el dragado para conocer la profundidad real de las aguas y determinar la topografía marina de este enclave con el fin último de esclarecer la viabilidad o no de ciertas operaciones.
Se desconocen, sin embargo, los resultados de los trabajos. "Atañe a una cuestión de seguridad interna del puerto, por lo que éstos no son públicos", zanjaron fuentes del organismo que preside José María Urrutia.
En caso de que se debieran tomar medidas puntuales para garantizar la seguridad de determinadas operaciones, estas mismas fuentes señalaron que "serán comunicadas en su debido momento".
Cabe recordar que APB llegó a afirmar que, como consecuencia de la paralización del dragado, podría tomar la decisión de suspender esta temporada "algunas escalas programadas de cruceros turísticos o de otro tipo de buques".
Concretamente, dijo que estudiaba "la necesidad o no de limitar el acceso a puerto de determinados buques en función de su calado por si la insuficiencia de éste pudiera producir dificultades en las maniobras de atraque o desatraque de los barcos, especialmente en la zona comprendida entre el Cós Nou y el muelle de pasajeros".