Simón Gornés cedió ayer el cargo de conseller con sentimientos encontrados, "satisfecho por el trabajo realizado y triste por dejar cosas sin hacer y un equipo muy bueno, auténticos amigos". En el lado positivo también pesa el lógico beneficio familiar y el retorno al cien por cien a su condición de concejal del Ayuntamiento de Maó.
Sobre la remodelación, Gornés aseguró ayer por la tarde desde su ya antiguo despacho que su salida no ha sido traumática, "respeto la decisión", y que la ha podido pactar incluso con el presidente José Ramón Bauzá. "Me voy contento". Niega que se haya 'castigado' a los consellers con un mayor desgaste de cara a la opinión pública, "todos los consellers hemos tenido que afrontar tareas muy duras, todos, no solo los que nos vamos". Gornés entiende que es "una remodelación en positivo", que incide muy de lleno en las áreas de economía.
El exconseller es el primer avalista de su sucesora, Núria Riera, "sabe mucho de administraciones públicas", a la que deja varias leyes importantes pendientes de aprobar, relevantes convenios, como los de carreteras, por firmar y otros proyectos en marcha.
En cuanto al balance de su gestión, el político mahonés del PP cree que junto a su equipo "hemos hecho un buen trabajo en la situación difícil en que nos encontramos y en una conselleria muy transversal, que tiene incidencia en muchos otros departamentos".
Pese a sus reticencias a hablar de desgaste, Gornés reconoce que ha tenido como objetivo importante reducir el déficit a través de un capítulo tan sensible como el de personal, "además de rebajar alquileres, vender inmuebles, la central de compras, el decreto de simplificación..." Entre otros logros destaca la reorganización del servicio de emergencias y la mejora de la coordinación de las policías locales.
Su presencia en los medios de comunicación ha venido, principalmente, por un asunto que no considera el más importante: el trato de la lengua en la administración pública.
"No es ni mucho menos lo más importante, se ha hecho bandera política de esto, y lo entiendo, pero no ha sido nunca un ataque al catalán, se continúa considerando un mérito", concluye.