Ciutadella ya renunció a ubicar chiringuitos en algunas de sus playas vírgenes más emblemáticas después de descubrir que la normativa lo impedía. En el pasado pleno, además, la oposición hizo valer su mayoría y aprobó una moción que impide que durante esta legislatura se vuelva a intentar ubicar estas instalaciones en las playas vírgenes.
Además, en la sesión plenaria se puso sobre la mesa algo que, hasta ese momento, no era conocido, y es que el equipo de gobierno había presentado un proyecto muy concreto en el que se especificaba la ubicación de cada chiringuito en La Vall, Son Saura y Cala Turqueta, y se postulaba como mayor efecto positivo sobre el entorno "repartir ceniceros ecológicos e información ambiental sobre las playas".
En La Vall, por ejemplo, el chiringuito se ubicaba justo antes de bajar a la playa, en lo alto de la escalera de madera. "La ubicación se ha escogido intentando evitar al máximo los impactos ambientales asociados y por eso no se instala sobre la playa sino sobre sustrato de roca, cerca del camino de acceso desde el aparcamiento público", apunta el estudio de evaluación del impacto ambiental de las instalaciones de costa de este año. Este documento recoge todos los servicios como tumbonas, sombrillas, kayaks, y este año incluía la novedad de los chiringuitos.
En el caso de Son Saura, el chiringuito estaba previsto entre la playa de Es Banyul y la de Bellavista, prácticamente sobre la duna. Por último, en Cala Turqueta, el kiosko se instalaba en el camino de acceso que años atrás se utilizaba como aparcamiento, en un espacio que, según el informe, está desprovisto de vegetación.
En los tres casos, los chiringuitos se preveían de madera y con una superficie máxima de 20 metros cuadrados. Su función sería la de vender bebidas y fruta fresca, y serían energéticamente autónomos al funcionar con baterías eléctricas que se recargarían durante la noche, evitando así la instalación de un generador alimentado con gasolina.
Desde el Ayuntamiento de Ciutadella defendían también que "no disponen de agua y por tanto tampoco tienen salida de aguas sucias. Así se minimiza el impacto sobre el terreno y la posible contaminación accidental producida por el mal funcionamiento de los generadores o sistemas de evacuación de aguas residuales".
El Consistorio también defendía que "no se realizará ninguna obra de cimentación para instalar el kiosko, solo se accederá con un vehículo para depositarlo en su lugar y retirarlo al final de la temporada, y se accederá por un camino por donde entran los vehículos de limpieza de playas cada día durante el verano y los vehículos de emergencia cuando es necesario, por lo cual su colocación tampoco provocará un impacto negativo".
El equipo de gobierno utilizaba la misma argumentación para los tres chiringuitos, también la positiva. Así, se destacaba el hecho que desde estas instalaciones se podría trabajar en la concienciación ambiental mediante el reparto de ceniceros ecológicos y otra información. En el pleno también se destacó que se podría controlar la venta ambulante e incluso conseguir beneficios económicos para el Consistorio.