El cierre al tráfico rodado, la consolidación del acantilado, los proyectos de la nueva estación marítima y el vial del Cós Nou, la supresión del Plan Especial de Cala Figuera del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), la llegada de grandes cruceros y, la más reciente polémica, y la de mayor impacto social, el dragado pendiente de sus aguas.
El puerto de Maó concentra tal cantidad de cuestiones pendientes y es tan vital para la ciudad y su economía que la alcaldesa, Águeda Reynés, no tuvo inconveniente en admitir que el puerto "es una prioridad frustrada hasta ahora, aunque en lugar de poner recursos contra proyectos de evidente trascendencia económica hemos buscado soluciones con diálogo y, cuando no ha bastado, con presión institucional".
Según Reynés, "la autocrítica" le obliga reconocer que el puerto es una de las asignaturas pendientes, la más importante, porque aunque "la gestión portuaria no es una competencia municipal, sí es un deber municipal que su gestión sea eficiente". Recordó la alcaldesa que "hay proyectos parados desde que el anterior alcalde, y el anterior del último alcalde anterior, hablaban del puerto como motor económico. Encontramos proyectos parados que hoy siguen parados y compartimos la sensación ciudadana de que puerto no navega", reconoció.
El PSOE dedicó más de una docena de preguntas a las cuestiones que afectan directamente a la rada. A dichos interrogantes la alcaldesa respondió estar "convencida" de que el cierre del puerto al tráfico no afectó a la economía de los establecimienos comerciales o de restauración; sobre el mantenimiento del acantilado y el consorcio creado para ello, Reynés afirmó que "se está poniendo orden en el caos que existía" ya que "se arrastraba" una deuda de 300.000 euros y que no se ha podido desarrollar ninguna obra de consolidación a través de dicho organismo.
Sobre los proyectos de la estación marítima y el vial del Cós Nou, avanzó que esta misma semana mantendrá una reunión con responsables de Autoridad Portuaria para intentar acelerarlos, y sobre el dragado, Reynés dijo no estar satisfecha "porque no se ha hecho y es necesario", aunque, insistió, con "el cumplimiento escrupuloso de la normativa ambiental".