Los turistas que visitan Menorca suspenden la oferta complementaria, en cambio dan un aprobado a los alojamientos y a los servicios públicos. La nota más alta se la lleva su medioambiente. En comparación con Eivissa y Formentera, Menorca es la Isla mejor valorada. Así se desprende de la encuesta elaborada por la Fundación Gadeso, especializada en estudios de opinión, que en su último trabajo analiza los puntos fuertes y débiles de Menorca, Eivissa y Formentera, a partir de cómo ven sus turistas estos destinos.
Entre la veintena de puntos analizados, en el caso de Menorca, los turistas se muestran claramente críticos con su oferta lúdica, que la tildan de "deficiente". Consideran que la oferta destinada al turismo familiar es escasa. También suspenden la oferta comercial, los equipamientos deportivos y la relación calidad-precio es "muy mejorable". Otro punto débil es el transporte público. La Isla adolece de facilidades de comunicación, especialmente señalan a la falta de suficientes compañías de bajo coste. Además, la temporada es cada vez más corta y existe una excesiva dependencia del mercado británico.
Los puntos fuertes son su capacidad por conjugar la actividad turística con la protección medioambiental, la limpieza de sus aguas, la seguridad ciudadana y la comodidad de sus alojamientos. La Isla tiene además potencial para ofrecer un producto diferenciado, poner en valor sus recursos naturales así como su patrimonio histórico y cultural. La crisis ha hecho que el precio sea la principal motivación de quienes la visitan, si bien el sol y la playa también son importantes, así como la tranquilidad. La fidelización también sufre un ligero retroceso. En general, la satisfacción de quienes visitan la Isla ha descendido ligeramente, aunque mantiene las valoraciones más altas de Balears.
La mejor valorada
Menorca es la Isla que sale mejor parada. Así, los turistas que visitan Eivissa señalan que debe mejorar sus entornos urbanos, la limpieza y el medio ambiente, modernizar alojamientos. En cambio destaca su oferta lúdica y las facilidades de comunicación aérea. En el caso de Formentera los turistas advierten de una excesiva saturación y ven mejorable el transporte público, al tiempo que destacan el gran valor medioambiental de la isla y el trato personal recibido.