El negocio de los megayates no entiende de crisis, como se puede comprobar en las ferias náuticas internacionales y se ha visto estos días en el puerto de Maó, con la llegada del "Indian Empress". Captar este turismo de lujo interesa tanto al Ayuntamiento como a Autoridad Portuaria de Balears (APB) pero la zona del puerto que pueda dedicarse a acoger a estos grandes barcos -su eslora supera en muchos metros la de los buques que cubren las líneas regulares- es motivo de desencuentro, otro más, entre ambas administraciones.
Mientras la alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, declaró ayer su interés por habilitar un espacio que sea "definitivo" para los superyates en la Base Naval, una posibilidad que piensa plantear en breve al comandante de la estación, Germán Seoane, fuentes oficiales de Autoridad Portuaria señalaron por el contrario que el lugar idóneo para estos barcos sigue siendo Cala Figuera.
Pero la alcaldesa, quien ya señaló los deseos municipales de que Cala Figuera se desvincule del Plan de Usos del Puerto y pueda entrar la iniciativa privada para desarrollar un proyecto, mantiene que las empresas que trabajan en el sector de los megayates y con las que se ha contactado hasta ahora no ven atractiva la antigua ubicación de CLH.
A corto plazo, Cala Figuera no cuenta con los servicios necesarios para albergar los barcos de recreo, afirmó Reynés, y las firmas con las que se ha conversado, a raíz de los encuentros en el salón náutico de Miami, se inclinan por el muelle de Ponent o por la Base Naval, donde existe un punto especialmente atractivo, la Isla Pinto.
Ya que en el muelle de Ponent atracan los cruceros cuando visitan Maó, Reynés aseguró que se están realizando las gestiones necesarias para que se tenga en cuenta la opción de la Base Naval. "Lo he planteado en las reuniones del Consejo de Administración y Autoridad Portuaria se comprometió a estudiarlo", manifestó.
Pero por parte de APB se remarcó ayer sin embargo que no consta que vaya a haber cambios en el convenio sobre la Base Naval que, en cualquier caso, es un espacio que se encuentra bajo la competencia del Ministerio de Defensa.
El ente gestor del puerto de Maó insiste en que "el futuro" de Cala Figuera es albergar la náutica deportiva, en todo el abanico de clientes, ya que es un espacio con suficiente calado y en el que se pueden combinar distintos tipos de eslora. "Hace dos años que se planteó lo que APB quería hacer allí, pero no hay respuesta, seguimos a disposición del Ayuntamiento y del Consell", señalaron ayer desde Autoridad Portuaria. Su intención sería convocar el concurso para la explotación de la zona y dotarla de los servicios necesarios.