En el anterior mandato, el Consell inició los trámites para instaurar la marca "Langosta de Menorca", para así diferenciar el producto pescado en la Isla y aumentar las garantías de procedencia del producto estrella de la cocina menorquina en verano. El actual conseller de Agricultura y Pesca, Fernando Villalonga, ha aparcado este proyecto.
Según asegura Villalonga, la decisión se tomó conjuntamente con las cofradías de pescadores. "Consideramos que no era una iniciativa necesaria. Solamente tendría sentido si una vez puesta en marcha la marca, se pudiera ejercer un control estricto sobre su aplicación y una promoción adecuada. Si ésto no se hace, la marca no sirve, y son momentos complicados", apunta el conseller.
Villalonga duda, además, de que se deba promocionar algo que tiene una salida evidente en el mercado. "De los productos del mar de Menorca, el más conocido es la langosta.
Tiene demanda, se vende, e incluso en estas fechas el problema es que no se pesca la suficiente para atender a las personas que querrían consumirla", asegura. Ante este panorama, el conseller concluye que "no tiene mucho sentido que una administración centre sus esfuerzos en promocionar algo que se vende solo. Casi ningún restaurador ni pescador acaba la temporada con langostas sin comercializar".
El conseller cree que el esfuerzo para ayudar a los pescadores debe focalizarse en otra actuación. "Estamos estudiando la posibilidad de llevar a cabo alguna promoción juntamente con el sector pero centrada en otro tipo de capturas, no en la langosta", dice. Villalonga se muestra abierto a colaborar con el sector pesquero en esta iniciativa, que podría pasar por la promoción de productos específicos en restaurantes mediante fines de semana temáticos, o también actuaciones en comedores escolares. Son, de momento, ideas sin concretar, que deberán ser trabajadas con el sector.
Lo que sí tiene claro Villalonga es que las fiestas que se hacían años atrás, en diferentes cofradías, "no tenían suficiente incidencia, y además costaban unos 12.000 euros".
Frente a estas actuaciones, Villalonga defiende la necesidad de algunas actuaciones "que ayuden a los pescadores en temporada baja, promocionando el consumo de pescado menorquín todo el año en los hogares de la Isla". De hecho, el titular de Pesca entiende que si uno de los motivos por los que se impulsó la marca "Langosta de Menorca" era para contrarrestar la importación de este crustáceo sin especificar a la hora de venderlo que no era originario de la Isla, este mismo problema se da en otras capturas. Así, por ejemplo, defiende que "se importan más gambas de fuera de la Isla que las que se venden de aquí, pero no se plantea una marca 'Gamba de Menorca', por ejemplo". En este sentido, Villalonga entiende que productos como las doradas o los bonitos, que se pescan también en Menorca, deben potenciarse.