A primera vista los datos de desempleo del mes de julio en Menorca arrojan una cifra a valorar de manera positiva: el paro cayó respecto al año pasado un 12,3 por ciento. En el trasfondo, sin embargo, hay muchos matices como el que revela que los parados con titulación universitaria en lugar de bajar, siguiendo la tendencia general, se mantienen en 418. De ahí que su peso crezca respecto al total y ya represente el 8,8 por ciento, cuando el año pasado se quedó en el 7,6 por ciento y en el 2007, con solo 137 parados universitarios, en el 6,8 por ciento. De estas cifras se deduce que la diferencia a lo largo de estos seis años llega al 305 por ciento, mientras que el incremento de la población sin empleo, que ha pasado de 2.020 a 4.762 personas en el mismo periodo, es del 230 por ciento. La incidencia del paro en términos relativos es, pues, mayor en ese segmento de población
Esta tendencia se repite también en Mallorca donde, pese a la reducción del paro en un 7,4 por ciento, el número de titulados superiores que buscan trabajo alcanzó en julio los 4.458, un 3,2 por ciento más que el año anterior, con un peso relativo respecto al total -cifrado en 57.745 parados- del 7,7 por ciento. Solo Eivissa, con 6.602 parados en el mes de julio, consigue romper la progresión ascendente de los años de crisis y reducir en un 8,8 por ciento el paro universitario al pasar de un año a otro de 503 a 462 demandantes, quedándose en el 7 por ciento, es decir, casi dos puntos por debajo del registrado en Menorca.
De todo ello se desprende una obviedad: la economía de Balears es eminentemente terciaria y, aunque no es razón suficiente, los puestos de trabajo que genera requieren, en su mayoría, una baja cualificación profesional por lo que en tiempos de crisis, más allá de absorber a titulados superiores, los expulsa. Las cifras así lo demuestran: desde el año 2007, previo al inicio de la crisis, hay en Menorca 281 universitarios más inscritos en las listas del Servei d'Ocupació de les Illes Balears, 3.092 en Mallorca y 280 en Eivissa.
menos puestos cualificados
Esta dinámica no desentona con lo que está pasando a nivel nacional, donde la tasa de paro entre la población con estudios superiores a finales del año 2012 alcanzaba el 14,1 por ciento, siendo la media de la Unión Europea del 5,7 por ciento.
Ésta es una de las conclusiones del informe anual de la Fundación Conocimiento y Democracia (CyD) que fue presentado recientemente bajo el título "La contribución de las universidades españolas al desarrollo" y en el que se alerta del progresivo ensanchamiento de la brecha entre el nivel de estudios y la inserción laboral durante los últimos años.
En este informe se advierte de que los puestos de trabajo de alta cualificación se han reducido hasta un 60 por ciento en nuestro país, siendo una de las consecuencias directas el trasvase de personal cualificado a tareas que requieren escasa formación. De hecho, según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (anteriormente INEM), en el 2012 más de tres de cada diez contratos a universitarios se suscribieron para desempeñar un puesto que no se consideraba de alta cualificación. O lo que es lo mismo: solo el 63,7 por ciento de los graduados superiores que trabajaban lo hacían en ocupaciones que se correspondían con su nivel de estudios.
A falta de disponer de datos detallados por comunidades autónomas, el informe de la Fundación Conocimiento y Democracia desvela que Balears se encuentra entre las regiones con un mayor desajuste entre demanda y oferta de empleo cualificado, solo por detrás de Castilla-La Mancha y seguida de Andalucía, Castilla y León, Catalunya, Comunidad Valenciana y Madrid. El debate que se plantea a raíz de estos datos, de acuerdo con la reflexión de CyD, no atañe tanto a la cantidad de puestos de trabajo que se puedan generar, como a la calidad de los mismos.