El mal tiempo y el viento que azota la Isla de forma interrumpida desde el pasado viernes, ha obligado, desde entonces, a las navieras que operan con Ciutadella de cancelar varias operaciones, a reprogramar rutas y retrasar algunos trayectos.
Este jueves, por ejemplo, el Ramon Llull de Baleària que ha salido a primera hora de la mañana ha tenido que desviar su ruta al puerto de Maó, debido el estado del mar. Por su parte, el Nura Nova Iscomar sí que ha podido operar en Ciutadella, aunque ha llegado en Son Blanc con retraso.
Estos imprevistos se suman a los acumulados durante toda la semana, por culpa del mal tiempo. El más afectado ha sido el Ramon Llull de Baleària que en una semana ha tenido que suspender todos sus trayectos durante tres días. La naviera recuerda que la "navegación con un fast ferry, con mal tiempo, siempre es más complicada", de allí que haya sufrido cancelaciones y retrasos. El Iscomar también se ha visto afectado, aunque menos, y por ejemplo el martes suspendió sus dos trayectos con Alcúdia.
Por su parte, el puerto de Maó, que ha registrados olas superiores a los tres metros, el tráfico durante toda esta semana no se ha visto alterado, y la compañía Trasmediterránea ha operado con normalidad.
Este jueves la Agencia Estatal de Meteorología ha decretado la alerta amarilla por viento y fenómenos costeros, ya que sigue el viento del norte y nordeste, con rachas que alcanza los 80 kilómetros por hora.