La combinación estética de las mejores galas del armario con complementos tan poco elegantes como gorros, antifaces, pelucas, coloridos collares o espantasuegras solo se suele dar un dia cada año, o más concretamente el día que separa un año del otro.
Muchos fueron los grupos de jóvenes y no tan jóvenes que como es habitual optaron por celebrar la Nochevieja en compañía de sus amigos, en busca de una diversión que encontraron en las verbenas organizadas por distintas instituciones o en las habituales zonas de ocio.
Es un día en que, curiosamente, no se mira el reloj una vez han pasado las doce campanadas, siempre en buena compañía. En Maó la Plaça Constitució se convirtió en el habitual epicentro de la actividad, y en Ciutadella el punto neurálgio fue la Plaça de la Catedral. Ayer fue un día para recuperar fuerzas tras una noche que, para algunos, fue muy larga.